Un día sin ella

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    Querido cuaderno, hace casi día y medio que no se sabe nada de Mel. Y me preocupa. Esta vez tengo un presentimiento. Tengo miedo. 

    Una vez leí una frase en Hush Hush, de Becca Fitzpatrick que decía:

                    "Los humanos son vulnerables, porque son capaces de ser heridos". 

      Yo permití que me hirieran. Y lo sigo haciendo. 

    Todo este día esperé a que tan siquiera Melrose me escribiera un mensaje y me avisase. Aunque no estoy seguro si estuviese dispuesto a leer algo como "La estoy pasando muy bien con mi novio, no llegaré hoy". El caso es que no lo hizo. Y su mamá, por lo que la veía rondar su jardín con su teléfono, estaba impacientada. 

  — Creo que no deberíamos darle tanta importancia Matt —. Aconsejó Colin al teléfono. Me pareció tonto llamarle solo para enumerarle mis preocupaciones, pero vamos, ¿a quién más se las podría contar? 

    — Pero se ha tardado — Espeté yo — ¿Y si le ha pasado algo? 

     — Mel ya está lo suficientemente grande para cuidarse sola. ¿Qué quieres, que construya un localizador de Mel's? 

    Yo lo pensé por dos segundos. Pero me limité a suspirar. 

    Minutos después, en la escuela, todo parecía más apagado. 

    Ni los chistes de Nora, ni la extraña masa pegajosa que inventó Colin para llevar las bandejas en el almuerzo, o Sophie llenando a Colin de esa masa viscosa podían levantarme el ánimo. Y me fastidiaba aquello... Que mi estado de ánimo este en manos de una chica que no me presta atención, que me ve solo como un amigo. 

    Supongo que eso es lo peor de estar enamorado. 

    

   Cuando me arreglaba para las clases en el segundo periodo (Y caminaba como zombie por los pasillos) algo me llevó a la enfermería. La puerta estaba entreabierta y había un olor que se me era vagamente familiar. 

    Menta. Olía a menta. Como la oficina de papá. Tenía la sensación de que debía estar allí. Me detuve a poco centímetros para degustarme con la menta que bailaba por los aires. Como pasta de dientes. Un extraño sabor que le encantaba a mi padre. Mi mamá tenía una gran lista de chistes al respecto. 

    La cosa es que seguí allí como idiota hasta que la puerta se abrió y me golpeó en la nariz. 

     — ¡Apártate, gusano! — Gritó Alan algo molesto. 

    No sé si fue más extraño que A) no haya sonreído por golpearme. B) que esté en la enfermería y esté molesto. C) Que le haya prestado atención a Alan y no me haya fijado que mi nariz sangra.

    Una gentil voz me invitó a que pasara. Era Alina, la enfermera, y madre de Alan.

    Instintivamente corrió hacia mí y me chequeó la nariz. Me decía cosas como "En serio estoy pensando deshacerme de todas las puertas del lugar”. A mí solo me causaba gracia. Dijo algo sobre nariz sensible y que no era muy grave. Le creí. 

    — Algo te pasa ¿verdad?— Me preguntó, y le dio palmadas a la camilla para que entendiera que podía tomar asiento— Te veo triste y apagado— Me examinó con cautela— Creo que hay una razón por la que siempre andas chocando con puertas. 

    — Su nombre es Mel.  

    Ella no pareció muy sorprendida. Me tomó la mano. 

    — Es una chica muy bonita. 

    — Lo es— Corroboré yo— Pero no me corresponde. 

    Alina se veía realmente desilusionada. Por alguna razón quería llorar. Siempre quiero llorar, pero no era el lugar adecuado. Es mejor llorar solo, donde nadie te ve cuán vulnerable eres. 

     — ¿Quieres galletas?— Me preguntó— Siempre mejoran mi día cuando estoy triste. 

    Yo asentí sin más. En serio esperaba grandes galletas de chocolate. Nada mejor que galletas de chocolate o vainilla para arreglar el alma. O tal vez sean de coco. Me empezó a dar hambre. Pero cuando Alina me acercó la caja con galletas quedé casi petrificado. 

    Galletas saladas. 

   Igual que las que come mi padre. 

    Ella se asustó, pensó que tal vez me había ofendido o si me hubiese pasado algo. 

    Yo simplemente no podía creer que le gustasen las galletas saladas para sanar heridas y la menta. 

    — Si me dices que lees el horóscopo cada mañana y resuelves crucigramas en el baño me espantaré. 

    Y ella se echó a reír. 

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Hola lectores. ¿Se imaginan un mundo paralelo donde la madre de Alan podria ser la madrastra ideal para Matt? 

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⏰ Last updated: Apr 03, 2015 ⏰

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El cuaderno de MattWhere stories live. Discover now