El día de la caminata

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   No tuve una buena noche y como consecuencia sentía arcadas, mi estómago casi explotaba. Esto sucede porque tiendo a girar mucho en la cama. Evalúo mi progreso en la escuela, en mi vida en general, y me topo con algo nuevo: ¡Tengo una solicitud en Facebook! para muchos es lo menos importante en la vida, sin embargo... Nunca tuve una, siempre fui invisible. Y.. ¡Es de Colin! ¿Es una buena señal no? El chico maldice por mí... Sí, es mi amigo. Pero... ¿Existirá una diferencia entre amigos y mejores amigos? Supongo que el tiempo decidirá eso. 

  Apenas me senté para desayunar y mi papá se levantó y hablaba en un tono poco formal (lo cual en él es algo inusual) y tonteaba con la comida. No nota que estoy allí y no hago más que continuar contándole al tío Ed mi historia sobre cómo llegue a casa lleno de chocolate. 

   A casi cuadra y media de llegar al colegio, veo cómo esta chica hermosa que resultó ser mi vecina— Y la novia de un matón—, baila lenta y delicadamente sobre la acera. Lleva su cabello castaño ondulado suelto y se mueve a par con sus manos. 

   Le dije al chofer: — Puedo caminar desde aquí. 

   Y él me miró a mí y le lanzó una miradita a la chica por el retrovisor y me sonrió dando a entender que entendió todo. 

   Me dejó a pocos pasos de ella y yo la seguí, con mis pasos apagados y con las muletas. 

   La observé por tanto tiempo, mientras ella seguía su extraña danza media caminata, medio baile con sus audífonos puestos. De pronto y sin más, se los quita y voltea. Me mira fijamente y yo de los nervios perdí el equilibrio y choqué con un depósito de basura y terminé derribándolo al suelo. 

   Genial, ahora estoy lleno de basura. Mierda.

   M a l d i ci ó n.

     Ella simplemente se ríe de mí y dice: — ¿Siempre eres así de torpe?—. Como lo dice con una sonrisa, no sé si es un insulto o una broma. Tal vez solo me insulte con amabilidad. Me da una mano y me levanto. — Me llamo Melrose. 

   — Hola Mel- Melrose—. Dije con dificultad debido a los nervios. 

   — Puedes llamarme Mel. 

   — Yo soy Matthew, pero puedes llamarme solo Matt. 

    — Te conozco, eres mi nuevo vecino ¿no?—. Y yo asentí. Esa chica me había visto antes—. Y... ¿Por qué tienes esas muletas? 

   Y yo me ahogué con las palabras que nunca pronuncié. Nunca nadie me había preguntado eso en mi nueva escuela, y nunca pensé que lo harían. Hablar sobre lo que me pasó, sobre las muletas... Es el tipo de conversación que he querido evitar. Tanto así que no escrito sobre el asunto aquí en mi cuaderno. 

   Ella se percató de ello y cambió la conversación: — Entonces solo Matt... ¿Cuál es tu aspiración en esta vida? 

   Yo lo pensé un rato y respondí: — No tropezarme más con un basurero—. Y los dos nos echamos a reír— ¿Y la tuya, Mel? 

   — Quiero ser bailarina—. Informó entusiasmada. Empezó a dar saltitos y dio una reverencia al final—. Una gran bailarina. 

   — Estoy seguro de que lo serás. 

    Y ella se acercó y me dio un beso en la mejilla de la nada. 

    Cuando llegué a la escuela Colin notó que andaba extraño y hasta me dijo que estaba tan rojo como un tomate. Genial, estoy tan sonrojado que hasta en Río de Janeiro se percatarían de ello. 

    Me dirigí a la página de mi cuaderno que titulé "El día de la caminata" y dibujé un garabato de Mel y yo. 

"Emanaba algo artístico, y el arte no busca ser bonito, busca despertar tus sentimientos". 

   Es una de mis frases favoritas de Eleanor & Park, de Rainbow Rowel, que sin duda, describe a la hermosa chica de al lado. 

 

El cuaderno de MattWhere stories live. Discover now