Capítulo 13

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Narra Carolina

Cada momento importante de mi vida siempre había sido opacado por una sola persona: Selene Onassis, sonaré resentida, pero créanme cuando diga que es una presumida, malagradecida y roba novios más grande del universo.

Nos conocimos en el jardín de niños, no éramos las mejores amigas precisamente porque los niños no se preocupan en disimular cuando alguien las cae mal o algo no les gusta, y yo no me molestaba en hacerle saber a la maestra que a esa niña no me la pasaba ni con agua.

Cuando llegamos a la primaria la cosa iba igual, hasta que me di cuenta que el niño que me gustaba se había fijado en ella, justamente en ella, él era nuevo, había llegado recién para nuestro tercer grado de primaria, pero joder nunca me había sentido tan atraída por alguien en mis ocho pequeños años.

Ahí me di cuenta de lo que me convenía, así que no sé como le hice pero me convertí en su mejor amiga, inseparables y pegadas como chicles andábamos juntas a todos lados, nunca le dije mi interés hacia Felipe pero lo hice más que notorio, aunque la mensa siempre haya dicho que nunca se dio cuenta al final de cuentas.

El punto a mi favor vino cuando me di cuenta lo que se traía con su vecino.

-¿Te gusta mucho el hermano de Benny vedad?- sonreí pícara- Anda, dime, tenemos once años, deja las niñerías para tu hermano.

-¡Que no Caro! Es como mi hermano mayor...- ¡Ja! patrañas.

-Es que tu eres o te haces, yo no entiendo que ganas negándolo- ella me miró fijamente medio desconcertada- sí, es mayor, pero no dicen que los de la universidad son unos papasotes, incluso más que los grandes de la secu.

Ella sonrió y yo le devolví la sonrisa. Esa era la señal de que estaba enamoradísima de el hermano mayor de sus vecino, que por cierto el tal Xavi no estaba nada mal, si es que se preocupara más en tener un poco de vida social.

A lo largo de los años le agarré mucho cariño a Selene, pero el mundo se me vino abajo cuando me enteré que Felipe se derretía por ella, que la buscaba todos los días y que hasta regalos le hacía, y a mi, con las justas me saludaba. Siempre noté como mi amiga se lo quitaba de encima de todas las formas posibles habidas y por haber, pero el idiota era astuto y siempre lograba que si quiera le prestase atención por un par de minutos, y eso me hacía enfurecer.

¿Por qué ella y yo no?

Yo era bonita, y con un carácter bastante gracioso y acomedido.

La rabia se me fue hacia Selene, ella siempre fue como un foco de luz entre todos, no entendía por qué, ella era ordinaria como todos los demás, pero de alguna forma siempre resaltaba: reina de olimpiadas, reina de primaria, mejor alumna y mejor promedio, brigadier escolar, jefe de brigadistas de primeros auxilios, y joder en vez de enojarse con ella por llevarse todo siempre le aplaudían ¡Para todo! y ni hablar de los talleres de danza o teatro, ella siempre era la estrella, ya ni daba ganas ni de esforzarse.

Ella me había quitado, incluso al niño que me gustaba.

Y eso no lo iba a dejar así.

Iba saliendo del colegio después de la práctica de vóley, con mi cara de culo hasta el piso y un humor de perros, cuando un auto bastante familiar se estacionó a la altura de la entrada.

Muy bien, era el vecinito churro, lastimosamente no era mi tipo.

Se me acercó y le sonreí apenas.

-Carolina ¿Verdad?

Asentí apenas.

-¿Has visto a mi hermano y a Selene?

Eres tú, mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora