Capítulo 6

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Narra Selene

Me miré al espejo una vez más.

Era viernes por la mañana, la noche anterior había tomado la decisión de quedarme con la hija que tuvo mi ex novio con mi ex mejor amiga.

Carolina Santander- que en paz descanse- antes de ser como era en el colegio, fue mi mejor amiga... hasta que noté su interés desenfrenado por Felipe, y no sólo eso, sino el como utilizaba su poder de mejor amiga- ya que el inocente de mi ex novio siguió siendo su mejor amigo después de que yo la alejé de mi vida- para en ocasiones ponerlo en mi contra e inventarle cualquier cosa que lo distanciase de mi. Si nuestra amistad estaba en caída, ese fue el punto de quiebre.

Lo peor de todo cuando me enteré que ella había quedado embarazada tres meses antes de que Felipe y yo termináramos oficialmente, yo podía creer muchas cosas, pero si alguien en ese tiempo me decía que mi novio me ponía los cuernos, yo me enojaba y lo negaba, yo lo creía incapaz de hacerme algo así. Pero vaya que me equivoqué, seis meses y medio, todo coincidía, por eso se fue con ella ni bien terminamos, porque sabía que ella le iba a dar un hijo- o bueno: hija- y yo ya no pintaba nada de nada en su insignificante vida.

Uniendo cabos me armé la posibilidad de que quizá el mismo Jorge Poemape había armado lo del accidente.

¿Por qué? ¿Por qué un padre atentaría contra la vida de su propio hijo? 

Porque se le había ido de las manos la mina de oro (yo), porque el hijo le había fregado los planes de quedarse con la hija y heredera de dos grandes empresas que movían la taza de economía y empleo en la ciudad, metiéndose con una chica que su familia aparte de no apoyarla y cargar con una boca más que alimentar, tenía un apellido malísimo para la Élite, ya que los Santander estaban a un paso de la quiebra.

Le importó poco si la muchacha y su nieta sobrevivían o no, sólo importaba que su hijo lo hiciera para que yo esté ahí, cumpliendo mi palabra como toda Onassis.

-Estás bonita... Y venía a decirte que papá ya se fue al canal hace como diez minutos.

Volteé a ver, era Helios.

-Gracias, lo sé- respondí mientras me acercaba un poco a él- ¿Me quieres acompañar?- pregunté mientras tomaba un pequeño morral con un par de cosas- iré al hospital a... a verlos.

Helios me miró pensativo por unos momentos, en realidad era de esperarse, él siempre me había aconsejado sobre mi ex novio, cosas como: ''Se ve muy dependiente de ti'', ''Todo lo haces tú'', ''Él nunca toma la iniciativa'', ''Deberías dejar que trabaje más'', ''Se ha vuelto un haragán'' y muchas otras cosas más que yo siempre hice de lado. Y agregándole que mi hermano y Felipe no tenían la mejor relación, la cosa fue de mal en peor.

-Te acompañaré para asegurarme de que no haga nada contra ti- dijo saliendo de la habitación, pero se detuvo en la puerta- y bueno, también para conocer a mi sobrina ¿No es así ahora?

Mostró una sonrisa pequeña y triste antes de salir a su habitación.

Volví a mirarme al espejo, me sentía estúpida arreglándome para él después de lo que me hizo, o bueno, después de lo que su familia me hizo. Aunque a esas alturas ya no estaba segura de absolutamente nada.

Es por eso que cree una lista mental de lo que le iba a preguntar cuando lo vea.

¿Me utilizaste?

¿Estuviste conmigo solo por el dinero de mi familia?

¿Por qué no quieres criar a tu propia hija?

¿Estás seguro de todo lo que estas haciendo?

¿Fuiste un juguete de tu padre o sólo no sabías nada?

Eres tú, mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora