Me Quieres o Me Olvidas [JJBA]

5. Mi Medicina Para Olvidar

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*Suena el intro de Teresa* (Esa Hembra es Mala.mp3)

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Como todos los días, Dio estaba muy satisfecho por el trabajo bien hecho. Eso de ofrecerle a Nori quedarse en su casa se le había ocurrido en el momento, y ni él podía creer que el pelirrojo hubiera accedido tan fácilmente.

Ahora, solo era cuestión de convencerlo de que dejara a Jotaro para siempre. Si triunfaba, hasta podría considerar terminar con su carrera de seductor de medio pueblo. Nori era muy lindo y era más joven que él, seguro podría llevarle el ritmo.

Ya solo debía hacer que se quedara con él. Bah, no era que Jotaro se la estuviera poniendo muy difícil.

Qué listo que sos, Dio.

—Adelante, pasen— dijo Dio, haciéndose a un lado luego de abrir la puerta.

Pudo ver el asombro en los rostros de Nori y Jolyne. Dio estaba orgulloso de su impecable y enorme casa, esperaba que ellos dos se acostumbraran tanto a todo aquello como para no querer irse.

—Tu casa es hermosa— comentó Nori, mirando alrededor.

—Gracias— respondió el rubio —Les mostraré todo. Pero sugiero que primero vayamos a que dejen sus cosas en sus habitaciones

—Oh, podemos compartir una sola habitación, Dio. No queremos ser una molestia

—Tonterías, me sobran habitaciones. Siganme por acá

Dio avanzó hacía la escalera. Tenía cuatro habitaciones con camas disponibles, tres de ellas eran "normales" y la otra era para... Bueno, esa estaba destinada para visitas especiales y estaba llena de objetos personales que no se verían bien en su habitación.

—Quiero que se sientan como en su casa— les pidió Dio, mientras subían la escalera —No necesitan preguntar si pueden usar algo o tomar algo. Solo háganlo.

—Gracias, eres muy amable— sonrió Nori

—Y si necesitan algo que no tengamos, no duden en pedirlo, ¿está bien, Jolyne?

—Claro señor, gracias— respondió Jolyne

Dio tenía sus opiniones sobre la chica, pero tenía que ganarsela. Si se ganaba a Jolyne, conquistar a Nori sería mucho más fácil. Tenía que usar el enojo de ambos contra Jotaro a su favor.

Llegaron al pasillo donde se encontraba la puerta de las habitaciones, y justo cuando Dio iba a señalar las habitaciones que podían ocupar, se escuchó el sonido del tanque del baño vaciándose, se abrió la puerta, y Giorno apareció en el pasillo.