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Ya se había planeado con anticipación una expedición al exterior, incluso mucho antes de todo lo sucedido con Eren.

Algunos murmuraban que los reclutas recién graduados participarían en ella, aunque aún era algo verdaderamente repentino.

Y aunque muchos parecían estar planeando lo inevitable, algunos otros simplemente se encargaban de expandir aquel simple rumor.

Después de pasar completamente el día limpiando aquel monumental lugar, decidí irme al que ahora sería mi nuevo dormitorio, aunque de camino a él, desvíe mi dirección.

El castillo estaba repleto de pasillos que parecían interminables, con puertas que se dirigían a lugares completamente desconocidos, ¿por qué habían tantas habitaciones? Estaba completamente segura de que habían mucho más de ellas que de soldados.

Y debido a estas, terminé por perderme sin un rumbo claro de a dónde dirigirme. Estaba tan distraída que había olvidado por completo que ni siquiera sabía el origen del que ahora sería mi refugio.

No sabía a quién preguntarle o siquiera a dónde dirigirme. A las únicas tres personas en las que pensé al instante me hicieron sentir inconforme, pues una de ellas la quería ver lo más apartada de mí y las personas restantes se encontraban lejos de mi alcance.

Todo parecía encontrarse solo.

No había señales de que alguien se encontrara cerca, pues el ruido de la gente había desaparecido hace mucho.

Tampoco había alguien que aún se estuviera encargando de la limpieza del castillo, aunque no descartaba la idea de que anteriormente alguien lo hubiera hecho, pues todo lucía reluciente.

Inconscientemente, me senté a espaldas de uno de los tantos muros que conformaban al castillo.

De algún modo sentía que después de mucho, podía tener un momento a solas conmigo misma para así poder recapitular acerca de todo lo sucedido durante los últimos días. Todo lo que había cambiado en tan poco tiempo.    

A pesar de que aún me encontraba aquí con vida, se sentía como si un futuro incierto nos estuviera asechando a todos.

Tenía miedo. Todos teníamos miedo, aunque como yo, muchos intentaban ocultarlo.

¿Qué pasaría de ahora en adelante?

¿Qué ocurriría con el futuro de Eren?

¿Qué ocurría con el destino de la humanidad?

Y sobre todo, ¿qué ocurriría conmigo?

Me sentía sola a pesar de estar rodeada de la gente que me quería.

O quizás no era soledad lo que sentía.
Quizás solo me sentía incompleta.
Me hacía falta algo verdaderamente importante. Algo... alguien.

Tenía miedo, pero no lo admitiría en voz alta. No quería decepcionar a las personas que confiaron en mí desde el principio.

El ruido de una puerta abriéndose a lo lejos me sobresaltó.

—¿Quién anda ahí?— me levanté de manera brusca, intentando buscar entre las sombras a la persona que había invadido mi escondite.

Los pasos de alguien acercándose comenzaban a inquietarme.

—¿Hay alguien ahí?— dije esta vez con un tono amenazante.

Los pasos se detuvieron y de alguna forma me sentí observada. Era realmente escalofriante.

El sonido de la nada inundaba la habitación y la única iluminación existente en aquel pasillo interminable, era la de un ventanal que se encontraba a metros de mi.

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⏰ Last updated: Jun 23, 2021 ⏰

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𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀𝐒 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧.Where stories live. Discover now