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Muralla María: año 845.

12:30 pm

La voz de su madre resonaba por todas partes, en una lejanía que no la hacía pensar con claridad.

-¿Es un sueño o la vida real?- aunque prefería creer que simplemente se trataba de un invento de su mente, pues no quería sacrificar el tiempo que le quedaba por dormir. Ya que según ella, era lo más preciado que tenía.

-¡May!- no paraba de escuchar la voz de su madre rondando por su cabeza, y a pesar de que intentaba ¨apagarla¨ seguía ahí sin desaparecer. Era bastante irritante pues solo en sus sueños podía descansar un poco de las adversidades que se encontraban afuera.

Había pasado una noche bastante dura, pues desde hace días esperaba noticias de su padre.

Anthony era parte de las tropas de la policía militar y debido a la lejanía en la que se encontraba su hogar y su trabajo, no podía vivir con ellas ya que era costoso el pagar su trayecto día a día y prefería vivir en el muro Sina, únicamente visitándolas unas cuantas veces y reportándose con cartas. Para que así pudieran llevar una buena vida.

Pero ni su madre ni ella sabían algo sobre el desde hace mucho y lo que May más anhelaba ahora era irse a vivir a su lado. Pues sentía que lo que necesitaba ahora es que su familia estuviera unida.

-¡May, despierta de una vez!- el grito se había escuchado tan real que el levantarse de la cama fue más que un simple reflejo.

-¿Qué demonios ocurre?- dijo molesta, tratando de volver a dormir como anteriormente se encontraba.

-Prometiste acompañarme al pueblo y ya es medio día, May- recogía la cama de la menor haciendo que esta no tuviera otra opción más que seguir su orden.

-¿Qué?- el sol que entraba desde el ventanal de la habitación golpeaba fuerte los ojos oscuros de la azabache, ocasionando que esta los cerrara con la misma fuerza con la que los abrió.

-Veo que sigues dormida. Deberías darte un baño con agua fría para...

-¡No! Enseguida estoy lista- la de menor tamaño corrió por toda la habitación intentando arreglar su aspecto y no causar terror en aquellas personas que se encontraría en el camino. O por lo menos eso era lo que ella creía.
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Las distintas casas de diferentes colores la hacían sentir más feliz a pesar de lo duro que era el camino debido a la distancia en la que se encontraba todo. Y aunque era su culpa el ir tarde- debido a que no despertó a tiempo- no se lo recordaría a su madre en ningún momento.

Algunos callejones indicaban que estaban por llegar a Shiganshina, y eso la ponía de mejor humor a pesar de que no había nada nuevo que la estuviera esperando ahí.

La gente que habitaba aquel pueblo era siempre la misma. Los comerciantes que frecuentaba la mayor siempre fueron los mismos. Los niños, los ancianos. E incluso los animales.

Nunca había cambio alguno. Nunca lo hubo. Pero había aprendido a querer aquellos pequeños detalles que decoraban su corta vida.

Aunque para su suerte, en aquel lugar había encontrado algo maravilloso. Algo verdaderamente inusual a los demás días. Algo extraordinario y nuevo.

Unos ojos color esmeralda habían llamado por completo su atención.

¿Quién era él?

Claro que había empezado a fantasear- como era de costumbre, pues May no se limitaba a ningún sentimiento que la rondara- pero su madre siempre se encargaba de hacerle entrar en razón.

-May, deja de distraerte y avanza más rápido. ¿No crees que ya de por si es bastante tarde?- dijo su madre con una pizca de su siempre simpatía.

Leah siempre fue una mujer con un carácter fuerte- quizás la más estricta que había conocido- pero a pesar de todo, siempre fue cariñosa a su modo y la azabache la amaba tal y como era. Porque era a la única que tenía además de su padre. Si es que podía llamarlo de ese modo.

Cuando escuchó sus palabras, decidió que era hora de apresurarse.

Si su madre empezaba a perder la cabeza, significaba peligro para todo mundo.

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La tarde estaba siendo bastante tranquila. Y mi madre había concluido con aquellas compras- que por lo visto, eran de suma importancia hacer- así que era hora de regresar a casa.

Los pajarillos cantaban y el cielo mostraba un atardecer bastante lindo con aquellos naranjas y rosados que tanto lo caracterizaban.

Y aunque todo parecía ser ¨perfecto¨ detrás de aquel caos que conformaba mi vida diaria, nada estaba bien.

Todo se sentía particularmente extraño.
Se sentía como si un ligero escalofrío te recorriera todo el cuerpo, causando un mal presentimiento.

Haciendo que de un momento a otro, todo se tornara gris...

Un estridente ruido había llamado por completo nuestra atención.

Una explosión que se originó a lo alto del muro, creo un temblor con fuerza provocando miedo y curiosidad en las personas que comenzaban a murmurar y a preguntarse, ¿Cómo es que era posible que un titán pueda ser más alto que tal construcción de más de 50 metros de altura?

Pero en realidad lo que yo me preguntaba era, ¿Por qué habían entrado titanes justo ahora?

Todos estos años estuvimos librados de aquellos monstruos y ninguna persona parecía preocuparse por su regreso.

Parecía un sueño. O mejor dicho, una pesadilla que se estaba convirtiendo en una realidad.

Sin previo aviso, aquella gigante bestia creo un hoyo en la puerta principal, haciendo que cayeran escombros con fuerza a su paso, dispersándose por toda la ciudad y aterrizando en lugares al azar. Destruyendo casas, calles y hasta provocando la muerte de algunas personas.

Lo primero que pudo hacer Leah, fue tomar la mano de May y huir de ese lugar que ahora parecería el mismísimo infierno ya que por desgracia...

-¡Los titanes nos invaden!

Debido a aquel agujero en el muro, distintos titanes de diferentes tamaños entraron.

Para así poder crear lo que se le hacía llamar: Shiganshina, una masacre en el infierno.
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¡Holaaaaaa! :,3

Bueno, he aquí el primer capítulo de mi primera novela.

Tuve que arreglar nuevamente el capítulo ya que habían bastantes cosas sin sentido. Si alguien lo leyó antes pues... créeme que lamento mucho el haber hecho que te diera cáncer en los ojos u,,:

Y otra cosa... May existe en la vida real ^°^ ¡SIIII! >:0

Pues nada, solo era eso, gracias por leer esto, si tu, hermosa personita <3

¡Sayonara! ❤️✨
VP <3

𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀𝐒 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧.Where stories live. Discover now