𝗮𝗹𝘁𝗲𝗿𝗻𝗮𝘁𝗶𝘃𝗲 𝗲𝗻𝗱𝗶𝗻𝗴

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¡! esto es un au, no forma parte del canon de la historia, pero es una especie de final feliz. los hechos del último capítulo y del epílogo no han tenido lugar aquí ¡!





























If we had five more minutes
of air to breathe
And we cried all through it
But you spent them with me
—The End of the World,
Rob Dickinson

If we had five more minutesof air to breatheAnd we cried all through itBut you spent them with me—The End of the World,Rob Dickinson

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24 Junio 1995

Sentado en las gradas, Cedric se mordía las uñas en señal de intranquilidad. No se había conseguido relajar un solo momento desde que los arbustos se cerraron, sumergiendo a Aquila en el Laberinto donde tenía lugar la tercera prueba.

Desde entonces, dos señales de auxilio habían sido vistas. Ninguna de Aquila, sino de Viktor Krum y Fleur Delacour, ambos inconscientes. Se los habían llevado nada más salir, probablemente a la enfermería o algún lugar más reservado, para que pudieran despertarse con calma.

Al cabo de un rato, una oleada de chispas rojas llegó a su campo de visión. Lleno de tensión, Cedric se agarró con fuerza al asiento, reclinándose para tratar de ver algo. El corazón le latía tan rápido que pensó que no podría contenerlo y se le acabaría saliendo por la garganta.

En efecto, unos segundos más tarde, los profesores aparecieron con Aquila. La chica cojeaba al lado de Moody, rehusándose a ser cargada por completo por mero orgullo. Estaba cubierta de sangre y su pierna derecha permanecía en una posición un tanto extraña, además de traer cara de mal genio.

Cedric se puso en pie y avanzó entre la gente, dispuesto a encontrarse con su novia. Iba tan agobiado que pisó a un par de personas y tuvo que parar a disculparse. La madre de Aquila, Leonor, había llegado a su lado enseguida y le susurraba algo al oído, pero Aquila la apartó.

—No quiero saber nada de vosotros, ya os lo he dicho antes —le gruñó, al tiempo que Cedric se acercaba.

—¡Aquila! No sabes lo preocupado que estaba.

Ella, en cuanto vio a su novio, se aferró a él para darle un fuerte abrazo. Él la sujetó para que no tuviera que apoyar la pierna en aquel estado.

—No he ganado —se lamentó Aquila en voz baja—. Potter se me ha adelantado en el último segundo... ¿Dónde está, se lo han llevado a algún sitio para darle el premio?

—Harry no ha vuelto del Laberinto, Aquila —respondió Cedric, apartando el pelo de la chica, sudoroso y pegajoso por la sangre—. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado ahí dentro?

El profesor Dumbledore insistía en que había que llevar a Aquila a la enfermería, así que Cedric se vio obligado a despedirse de ella. Caelum se había aproximado también, al lado de su madre, quien parecía muy agobiada. No había rastro de Eridanus, sin embargo, por lo que Cedric pudo comprobar.

Unas horas más tarde, pudo reunirse de nuevo con Aquila en la enfermería. Harry Potter había aparecido con la Copa, pero el chico lucía traumatizado y la gente estaba muy confundida. Se suponía que había cogido la Copa algo antes de que Aquila apareciese por ahí, pero no había dado señales de vida hasta, al menos, una hora después.

Ahora Harry dormitaba en la otra camilla de la enfermería, al lado de un gran perro negro, que se había subido a la cama. La señora Pomfrey no había dejado a Cedric entrar hasta entonces. Pasó la noche durmiendo en un sillón al lado de su cama, agarrando su mano como podía.

Mientras tanto, en los sueños de Aquila se repetían inquietantes escenas una y otra vez. En sus pesadillas, Cedric lloraba desconsolado y se abrazaba a sí mismo, pero Aquila no entendía por qué. Ella estaba a su lado, pero él no la veía. Cuando intentaba tocarle la espalda, su mano lo atravesaba, por mucho que ella insistía una y otra vez.

Se despertó al día siguiente con la respiración agitada y los ojos llenos de lágrimas. Pasó la mañana abrazándose a su novio, solo para asegurarse de que el sueño no había sido real.

1 Septiembre 1995

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1 Septiembre 1995

Aquila se sobresaltó cuando alguien la abrazó por la espalda, pero correspondió el gesto con alegría al ver que era él.

—¡Cedric! —le saludó con una risa, separándose para poder verle a la cara.

El chico se había puesto moreno durante el verano, y en el pelo se distinguían mechones dorados, obra del sol. Pero lo que más llamó la atención de Aquila fue la reluciente placa amarilla que brillaba en su túnica.

—¡También te han nombrado Premio Anual! —exclamó Cedric, alegrándose—. Felicidades, Aquila, te lo mereces más que nadie.

Ella agrandó su sonrisa y se puso de puntillas para poder besarle por primera vez en dos meses. Había pasado todo el verano encerrada en el Cuartel de la Orden del Fénix, tras escapar de las garras de sus padres y ni siquiera decirles nada en la estación.

Por mucho que se hubiera carteado con Cedric durante ese tiempo, no era nada comparado con sus besos y sus caricias, con sentir los mechones de su pelo deslizarse entre sus dedos.

—En público no, por favor —interrumpió una voz arrogante desde el otro lado de la puerta—. Os van a quitar el título antes de poder usarlo.

Draco se adentró seguido de Pansy Parkinson y algunos de los demás prefectos. Al ver a su primo, Aquila rodó los ojos y se alejó un poco de Cedric, alisándose la falda. Estaba claro que, en Hogwarts, no podría huir de su familia, porque Lynx también estaba ahí, era prefecto desde el año pasado.

Después de darles la charla a todos y mandar a algunos a hacer las rondas de vigilancia, Aquila y Cedric volvieron a quedarse a solas.

—No sabes lo que te he echado de menos —murmuró él contra sus labios.

—Seguro que no más que yo. —Aquila sonrió, entre beso y beso.

Los ojos le brillaban tanto que Cedric podía verse reflejado en ellos, teñido de marrón. No le importaría perderse en ellos para siempre.

—¿Me prometes que este año ninguno pondremos en peligro nuestra vida?

Ella hizo ademán pensativo, frunciendo el ceño y ladeando la cabeza de un hombro al otro.

—Me lo pensaré.

Así fue como Cedric y Aquila pasaron el viaje de ida a su último curso de Hogwarts. Deseando no tener solo cinco minutos más, sino una vida entera para cumplir las promesas que habían quedado en el aire.









el final que merecían </3

me creáis o no, quiero muchísimo a Cedric y Aquila, porque han sido lo primero que me he atrevido a publicar y, un año más tarde de haberlos publicado, puedo subir un poco de felicidad para ellos. gracias por quererlos tanto como yo y, de nuevo, perdón por las lágrimas

se despide
Luna:)

FINDING OUR STARS², cedric diggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora