𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁𝗲𝗲𝗻. 𝗮𝗾𝘂𝗶𝗹𝗮 𝗯𝗹𝗮𝗰𝗸

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24 Junio 1994

Ahí estaba, cien metros por delante, la Copa de los Tres Magos. Aquila corría todo lo rápido que su malherido tobillo le permitía, olvidándose también de su hombro ensangrentado y su dolor de cabeza. No había sido un camino fácil, pero estaba tan cerca de la victoria...

—¡Aquila, a tu izquierda!

Una acromántula. Había aparecido de la nada, cruzándose en su camino. Aquila apenas tuvo tiempo de frenar antes de chocarse, alzando la varita para tratar de maldecirle.

Potter, quien le había advertido antes, la ayudaba a combatirla. Pero la bestia decidió alzar a Aquila por los aires, sin dejar que ella se defendiera.

—¡Expelillarmus! —gritó entonces Potter.

El hechizo funcionó, pero Aquila había caído al menos dos metros hasta el suelo. Juntos, lanzaron un Desmaius que consiguió derribar a la araña.

Aquila se arrastró por el suelo, ignorando el dolor de su pierna. Diez metros eran los que la separaban de ella. Necesitaba el dinero para huir de su familia y empezar de cero con Cedric.

Vio a Potter adelantarle cuando apenas quedaban cinco metros. Él también estaba muy herido y le costaba andar, pero Aquila ni siquiera podía levantarse.

—¡Arresto momentum! —gritó, apuntando al chico con la varita.

Solo fueron unos segundos de retraso para Potter, pero fue lo justo y necesario para que Aquila rozara la Copa con los dedos. Aunque no había contado con que él hiciera lo mismo, a la vez. Inmediatamente, sintió un estirón en el estómago, como si algo tirase de sus tripas. Todo a su alrededor daba vueltas y sus pies se habían despegado del suelo.

Observó su alrededor con cautela. No eran los terrenos de Hogwarts, ni siquiera parecía encontrarse cerca, pues las numerosas montañas que rodeaban el colegio habían desaparecido por completo. Tan solo una pequeña colina se distinguía al fondo, a la izquierda. En la oscuridad, una pequeña iglesia se alzaba en mitad de un cementerio. Las tumbas los rodeaban, provocándole a Aquila una sensación muy extraña.

—¿Por qué nos mandan a un cementerio? ¿Qué clase de juego retorcido es este?

Observó a Potter, buscando una respuesta.

—No tenía idea de que la Copa fuera un traslador. ¿Será parte de la prueba?

—Saca la varita y prepárate para lo peor.

Él obedeció, y ambos blandieron sus varitas, atentos a cualquier señal de peligro. Aquila respiraba con agitación, sin saber dónde se encontraban. En la oscuridad, pudo distinguir una figura que se aproximaba a ellos.

—Alguien viene —le avisó al chico.

Caminaba directo hacia los dos adolescentes, entre las tumbas, y parecía que cargaba algo en los brazos. Su paso era lento e iba encorvado. Tenía baja estatura y no se distinguía su rostro.

Ambos compartieron una mirada, sin comprender nada en aquella extraña situación. Cuando la figura paró frente a una lápida y se les quedó mirando, Potter se cayó al suelo con la mano sobre su frente, agonizando de dolor. Aquila se preocupó, pensando que la figura le había maldecido.

FINDING OUR STARS², cedric diggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora