𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟸𝟼

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Día: sábado

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(Narrador)

- Hoy me levante más temprano de la costumbre, quería verte y decirte muchas cosas

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- Hoy me levante más temprano de la costumbre, quería verte y decirte muchas cosas. Lamento no haber venido a verte durante estos últimos días estaba ocupado con los exámenes y algunos problemas con el pago del alquiler del apartamento –. Norman sacudió su cabello y elevó su sonrisa – Coloqué nuevas flores en tu florero, ¿Te gustan? Son violetas, tus favoritas... - Detuvo su hablar por unos segundos - Mañana será mi cumpleaños – bajó su mirada hacia la lápida de cemento – Mamá quisiera que estuvieras a mi lado.

El clima era frio y sopla un viento desgarrador, a pesar de ser verano el sol no apareció, se había tomado un descanso y la lluvia ha tomado su lugar, llenando las calles de agua y volviendo al viento violento.

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- ¡Nat, levántate! – Gritó Valeria golpeando la puerta de su cuarto. Nat reaccionó e intento abrir sus cansados ojos que parecían obligarlo a dormir – Anna está aquí – Al decir eso, Nat se levantó rápidamente de la cama y salió de la habitación con una ropa alegante.

- Valeria, más te vale que esto no sea una de tus bromas – Habló Nat y rápidamente bajo las gradas de su casa con una sonrisa, al dirigir su mirada a la sala principal observo no solo a Anna en su casa, parecía que frente a él estaba casi todo el colegio.

- ¿Qué... - Nat no comprendía que hacían ellos allí - ¿Teníamos un trabajo en equipo que olvide?

- Buenos días Nat – Saludó Anna con una sonrisa – ¿No lo recuerdas?

- Recordar, ¿qué? 

- La planificación para el cumpleaños de Norman.

El 21 de marzo era el cumpleaños de Norman, así que habían planificado hacerle una sorpresa, por lo que tenían que reunirse en una casa, y que mejor que la casa de un pastelero.

- ¿En mi casa?

- Si – Emma parecía muy feliz – Tu familia es muy amable y cariñosa.

- ¡Ray! ¡Ray! – Unas dulces niñas de cabello rojizo se acercaron a Ray – Juega con nosotras – La sonrisa de las niñas se volvía cruel y despiada.

- ¿No creen que mi casa es muy pequeña para que entremos todos? – habló Nat.

- No, estamos bien.

- ¡Auch! – gritó Don al pisar uno de los juguetes de una de las primas de Nat.

- ¡Mi juguete! – Exclamó una niña y empezó a llorar.

Solo quédate a mi ladoWhere stories live. Discover now