𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹𝟷

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Día: Jueves 

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Las esplendentes estrellas parecían acoplarse a la fría noche, la luna era algo tímida, las nubes cubrían su brillo, por lo que las calles eran sombrías

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Las esplendentes estrellas parecían acoplarse a la fría noche, la luna era algo tímida, las nubes cubrían su brillo, por lo que las calles eran sombrías.

Oliver caminaba observando las rigurosas calles, cambiando de manos cada vez que una bolsa se hacía más pesado que la otra.

Al levantar su mirada observó el brillo de una luz roja sobre su casa, que parpadeaba y cambiaba de color azul. El ruido de las escandalosas sirenas alertó a las personas que cambian por aquel lugar.

Se aproximó con rapidez, topándose accidentalmente con un oficial que le impidió el pasé, apartó su mirada, observando así a unas personas que arrastraban una camilla con rapidez, rápidamente reconoció que sobre la camilla se encontraba una persona, intentó apartar al oficial de su camino, pero este se lo impidió.

- ¡No puedes pasar! – Gritó el oficial. –Vuelva a su casa joven, esto es trabajo de adultos – Habló intentando hacer razonar a Oliver, el cual dejó caer su cuerpo al suelo, apretando fuertemente sus manos.

Golpeó el suelo, cada golpe con más fuerza que el anterior. Sus ojos se llenaron de lágrimas que enjuagaron sus manos, las cuales temblaban. Rápidamente dejo que aquella desesperación, de rabia y dolor se desenfocara en un gritó.

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Acarició sus frías manos buscando calor en su cuerpo, pero estas aun temblaban.

- Pareces un loquito sentándose de eso modo en la silla – comentó una persona sentándose a su lado.

Oliver dirigió lentamente su desalentadora mirada hacia aquella persona – Me alegra verte... – habló en voz baja -... Violet.

- Pues no parece ser verdad –. comentó y rápidamente se aproximó hacia él observando sus manos - ¿Qué diablos de hiciste? Parece que peleaste con algún tipo de animal rabioso.

Oliver no respondió.

Violet sacó de su bolsillo un pañuelo y rápidamente limpio los rasguños de la mano de Oliver - ¿Aquella mujer era tu madre? – Preguntó sin apartar su mirada de las heridas, pero no hubo alguna respuesta, Rápidamente apretó con fuerza una de sus heridas, ocasionando que Oliver dejara salir un quejido de dolor.

- ¡Por qué hiciste eso!

- ¿¡Por qué ignoras todas mis preguntas!? – Violet colocó el pañuelo en la mano de Oliver y se alejó un poco de él. – Creí que la odiabas, después de todo ella hiso de tu vida un infierno, pero estas aquí, como un niño sin saber a dónde ir, esperando por ver a su madre devuelta.

Solo quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora