Capítulo Uno.

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"Nada más caótico que encontrar el veneno, el antídoto, la herida y la espina en la misma persona"

(Elena Poe)

El inspector Thitiwat de la policía de investigaciones, se bajo de su camioneta y le pasó llave, aunque era poco probable que alguien se la robara en esas condiciones, no estaba dispuesto a perder a la "vieja paloma", nombre que resultaba un poco irrisorio dado que era tan negra como el alquitrán, lo único que era cierto de aquel vejestorio eran los años, contaba ya treinta, solo esperaba que le sirviera algunos más.

Ohm había heredado a la vieja paloma de su padre, un prefecto de la policía, declarado hijo ilustre de la ciudad después de un operativo en el que salvara a quince niños de morir en un incendio.

Ese día el inspector estaba teniendo una linda jornada, se encaminó hacia la estación de policías, a pesar de que llovía de manera torrencial, desde el día anterior no había saltado ni un solo procedimiento, así que se podía decir que sería fenomenal, no había papeles que llenar.

A las once de la mañana estaba echado en su silla con los ojos cerrados, con una revista sobre la cara, relajado y libre de molestias.

- Inspector. – Escuchó su grado y quiso transportarse a su cama nuevamente. – Inspector. – Volvió a llamar el intruso.

- ¡Que!, ¡maldita sea Kit!, ¡no me molestes cuando estoy meditando! – Dijo sin siquiera moverse de su lugar.

- Lo siento inspector, el jefe lo está llamando, dice que conteste el interfono.

- El teléfono no ha sonado Kit...

- Su interfono está desconectado. – El inspector se acomodó en su silla y miró a Kit queriendo asesinarlo.

- Dile que no me encontraste. – No quería contestarle al jefe, se seguro era para hablarle de su nuevo compañero.

- Lo siento... - Dijo el chico.

Estaba a punto de echar a Nong Kit cuando el jefe se presentó en su cubículo, lo miró con fastidio y con esa actitud de malo que no le quedaba.

- Inspector Thitiwat, mi señor, ¿podría ser tan amable de seguirme a mi oficina? – Preguntó irónicamente.

- Está bien, está bien... – Dijo mirado a Kit, acusándolo con los ojos por no decirle que el jefe estaba ahí, el novato enrojeció. – Vas a morir mocoso... - Le murmuró.

Estaba preparado para un catedra de como tratar a los novatos, también estaba preparado para que el jefe lo amenazara con cambiarlo de departamento si no cambiaba su actitud, pero al terco inspector eso le daba lo mismo, sabía perfectamente que era indispensable en el departamento de homicidios de esa unidad.

- ¿Qué demonios estoy pagando contigo?, ¿eh?

- Yo no he hecho nada jefe. – Dijo levantando las manos.

- ¿No?, no te bastó con provocar con tu actitud que Nong Kit se asustara, y me rogara que lo sacara de tu equipo. ¿Qué hago contigo?, ¿te cambio de departamento?

- No es mi culpa que sea debilucho, ¿lo ha visto?, no tiene madera de detective, se sonroja con facilidad, si le gritas podría ponerse a llorar.

- ¡Ohm! – Le gritó el jefe y el inspector puso cara de no matar ni una mosca.

- Señor, mi compañero debe ser capaz de desenfundar en arma si estoy en peligro, no quiero a alguien que tenga que proteger.

NO ME OLVIDESWhere stories live. Discover now