Capítulo siete

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"Cualquiera en su sano juicio se habría vuelto loco por ti"

(Jane Austen)

A pesar de que Fluke se había bebido hasta el agua de las flores, Ohm podía jurar que sus besos sabían dulces, tan dulces como la miel, sus labios rellenos fueron su perdición, nunca había besado a un chico antes y el nivel de excitación que experimentó no podía compararse a nada, de pronto quiso aplastarlo contra el asiento de la vieja paloma y hacerlo gemir toda la noche su nombre, pero sabía que Fluke no era consciente de sus actos y él estaba tan sorprendido con sus propios sentimientos, con sus propios deseos, que tenia miedo en seguir adelante.

- Fluke. – Lo llamó entre beso y beso.

- ¿Umm? – Respondió él con los ojos aun cerrados.

- Fluke, voy a llevarte a casa.

- No..., no quiero, quiero quedarme contigo.

- No sabes lo que dices..., mañana pensaras mejor las cosas.

- De nuevo me estas rechazando, no volveré a rogarte, tienes que saber que esta será la ultima vez que te bese. – Protestaba de una manera tan tierna y él estaba tan sumido en ese trance que fue su turno de besarlo.

- No te preocupes, yo seré quien te bese ahora. – La respuesta de él fue demasiado para su corazón, cuando pasó las manos detrás de su cuello, lo miró perdido, luego cayó rendido en su pecho.

Con su corazón latiendo desenfrenado, Ohm acomodó a Fluke mejor, y luego le cruzó el cinturón de seguridad, ¿Cómo ese cuerpo tan pequeño era capaz de soportar tanto licor?, aunque debería agradecerles a los tragos que él se animara a besarlo primero, de lo contrario nunca hubiese sabido la clase de ser que se escondía en él.

Lo llevó a su casa, una por que no quería dejarlo solo y otra por que no era capaz de separarse de él, tenia que saber que clase de sentimiento le estaba despertando ese chico, lo único que tenia claro era que compartían una conexión especial y esta vez no se asustaría.

Lo dejó dormir en su cama tranquilamente, le quitó los zapatos y algo de ropa para que estuviese más cómodo, a la mañana siguiente él le daría algunas explicaciones, se acomodó a su lado y pronto se quedó dormido, pero cuando despertó, Fluke Natouch no estaba a su lado.

De camino a la estación pensó que tal vez se sintió avergonzado por besarlo, tal vez al verse dormido a su lado creyó que pasaron la noche juntos, su mente se abría a miles de posibilidades, paró a la vieja paloma en una estación de servicios y compró mucho café, porque tal vez él tendría resaca.

La estación parecía un campo de ánimas, todos tenían aspecto de haber sido apaleados, buscó a Fluke con la mirada pero él no estaba en su turno.

- Beban café. – Les estiró los vasos.

- ¿Inspector nos trajo café? – Sam lo miró con cara de asombro.

- Solo por esta vez...

- ¿Quién eres y que hiciste con Ohm? - Preguntó Max a sus espaldas.

- Muy gracioso jefe, tropa de imbéciles, ¿no saben que no deben beber entre días de semana?

- Solo queríamos celebrar la llegada del novato.

- ¿Dónde esta él?

- Por ahí estaba, creo que en el archivo. – Dijo Sam.

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