Sobreviviendo a Hogwarts 2 - Blairon (EN PAUSA)

Capítulo 1 Harry Potter

Respira. Respira.

   Harry quería pensar en que era una trampa. No podía pensar siquiera en la idea de que Sirius estuviera en peligro. El tenía que estar bien, tenía que estar vivo y seguro en Grimmauld Place.

- Harry, si Voldemort se ha dado cuenta de la confección - empezó a decir Hermione - lo que viste puede no ser real.

- ¿Y si si lo es? ¿Lo dejamos sufrir y morir? - preguntó desesperadamente.

   Al poco rato tenían un plan. El más loco que se te pueda imaginar. Y eso era por no mencionar SUICIDA.

   Consistía en infiltrarse en la oficina de Umbridge, usar su chimenea, y llamar a Sirius para saber si estaba en casa, o si realmente estaba capturado.

   Por supuesto, Ron, Hermione y Neville lo acompañarían. Además, por el camino se encontraron con un grupo de Ravenclaws, y Luna se les unió.
Ginerva había querido ir, pero era muy peligroso así que confiaron en que Fred y George la mantendrían en la sala común.

   Forzarían la entrada, dos de ellos vigilarán fuera, y el resto entraba al despacho.

   Y hasta esa parte las cosas funcionaron bien.

   Las cosas, obviamente se fueron al carajo. Por qué, claro, si soy Harry Potter, y hay mortífagos en Hogwarts. Claro que mis planes se los zampa Voldemort.

  De un momento a otro, tres mortífagos estaban entrando al despacho, mientras los empujaban y desamaban. Y luego, como no, entró Lady Rosita Vomitivo.

- Mis niños - dijo mientras reía suavemente - ¿pero qué están haciendo mis niños?

   Harry no respondió. No porque quisiera hacerse el malo al ignorarla. No, no, no. Estaba cagado, insultandose a sí mismo (mentalmente), por haber puesto a sus amigos frente a tal amenaza. Por lo menos Dean no está aquí, pensó.

   Mientras que Hermione, tartamudeando, entablaba una conversación con la profesora, Harry no despegaba los ojos de la puerta. La muy hija de puta deja la puerta abierta para que la vea y no me pueda ir corriendo.

  Ya estaba empezando a sentir que todo estaba perdido, cuando pasó lo siguiente: por el pasillo resonaron pasos. Muy bien, se dijo Harry, más matones.

   No eran matones. Era un solo adolescente. De su mismo curso, solo que de Slytherin. Tocó la puerta, y sin siquiera esperar, se introdujo en el despacho.

- Profesora Um... - había empezado a decir Theodore Nott, cuand vió la situación. Inmediatamente esbozó una terrorífica sonrisa - ¿Le molestaría que yo, esperara a que estes termine, sentadito aquí? Parece interesante.

- Por supuesto querido - respondió Umbdirfe ampliando su sonrisa, mientras que Theo se sentaba en una silla, justo detrás de los tres mortífagos - ¿vez bien?

- Me gusta más escuchar - contestó con tono fanfarron - mientras más desgarrador mejor.

- Perfecto... - mustió uno de los mortífagos,  que al parecer no estaba nada contento con tener al Nott detrás de el - hagámoslos gritar entonces.

   Umbridge levantó su varita... y ¡OH POR DIOS! ¿A quién le habrá apuntado? Si, si. Correcto. ¡A mi! , decía Harry en su cabeza.