Capítulo 2 Theodore Marius Nott

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Uno esperaba que con todo lo que estaba pasando, señor Herry Potter fuera cuidadoso a la hora de andar. Pues resulta que no, se dijo Theito.

   En algún momento de su estancia ej Hogwarts, le habría resultado de lo las excitante y divertido ver como castigaban a ese idiota y sus amigos Gryffindors. Pero ahora no. Y que quede claro, no era solo porque el novio de su mejor amigo estuviera en peligro, no señor. Era porque ellos no iban a tener un castigo. Posiblemente terminarían siendo torturados o humillados por Umbridge y su estrafalario equipo de mortífagos.

   Theo, definitivamente no podía quedarse sentado mientras una atrocidad sucedía bajo su nariz.

   El solo estaba caminando por el pasillo, cuando vió la puerta de la profesora abierta y escuchó unas voces, que por supuesto conocía.

   Con su actitud altanera, que al parecer había conquistado a la sapo, entró en el despacho, y para disimular su sorpresa, sonrió cruelmente.

   Mientras tomaba asiento, revolvía sus pensamientos haciendo y deshaciendo planes. Iba a meterse en un grave problema si o si. Sus amigos iban a resultar implicados si o si, porque no se iban a quedar viendo como lo lastimaba. Y peor aún, su padre, podría terminar mucho peor que el y sus amigos. Eso, esa lo que Theo temia. Pensaba como sacar a esos zoquetes de esa situación, cuando la profecía le taladraba en la cabeza.

   Su padre, el gran Marius Nott, no iba a caer por unos tontos mortífagos. Tal vez si hubieran más de ellos serían ciertamente peligroso, pero ¿Marius perdiendo contra veinte inútiles? Papi es la persona más capaz, se tranquilizó. Aún así, todos los días llegaban más mortífagos, y se veían caras más nuevas. Caras que a el y a su padre le temían, por la reputación de su familia y lo respetados que eran por incluso el puto innombrable.

   Joder, que papi es un excelente rival para Voldemort, no va a morir aquí, se dijo, aunque sean veinte, no está solo.

   Antes de que Umbridge terminara de pronunciar el maleficio, Theo ya había mandado a volar a los tres mortífagos que estaban delante de él. Haciendo que doña rosa lo mirara con incredulidad.

- Uis... lo siento, no me contuve por la emoción - le dijo riendo, porque hasta para el era ridículo lo que estaba diciendo - lo siento profesora Umbirt. Continúe por favor.

-¿Pero qué...? - fue lo único que alcanzó a decir, antes de que "Pierdo mi Sapo" le arrebatara la varita, y Granger la pusiera a dormir.

   La atmósfera del despacho se tornó un tanto intensa.

- ¿Lindo día no? - dijo divertido, mientras caminaba por entre los cuerpos de los mortífagos, caminando a la puerta.

- Gracias - dijo Ron.

- Si bueno, de nada - contestó con simpleza - yo mejor me... - estaba hablando, cuando escuchó muchos pasos. Muchísimos.

   Sin pensarlo dos veces, salió del despacho con aires de magnificencia, y cerró la puerta tras él.

  Tienes un plan, apégate a el, se dijo.

   Cuando vió de lo que se trataba, se le encogió el corazón. El no era su padre. El tal vez podría con unos quince o veinte hombre. ¿Pero en esa cantidad? Eran más de treinta.

   Sin embargo, no demostró ni una pista de tener miedo. Sonrió con locura al verlos, e hizo que ellos pararan en seco.

   En otra situación, le habría hecho muchísima gracia que solo su presencia atemorizara a tantos hombres (supuestamente tenebrosos). Si estuviera con su padre, se habrían meado encima.

Sobreviviendo a Hogwarts 2 - Blairon (EN PAUSA)Where stories live. Discover now