REFLEXIÓN 3

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La piel de Wei Ying ardía como nunca antes, su mente se había nublado por bastante tiempo y ahora tenía a un Lan Qiren desfalleciendo frente a sus ojos, la marca del clan Wen en su pecho, no era solo una sino varias. ¡¿QUÉ DEMONIOS ACABA DE PASAR?!

Los recuerdos aún eran borrosos, pero comenzaban a tomar sentido.

Lan Qiren había prendido el fuego y él se había quitado la ropa, eso lo recordaba con bastante claridad, pero... ¿qué pasó después?

Qiren había dejado el hierro en el fuego mientras veía a Wei Ying quitarse la ropa, fueron minutos bastante largos para ambos, pero ahora todo parecía haber pasado en cuestión de segundos. Qiren tomó el hierro caliente y lo presionó con fuerza en el pecho de Wei Ying, el cual solo pudo ahogar un grito lleno de dolor.

- Esto es por la muerte de los líderes del clan de Yunmeng - dijo Qiren sonriendo - Esto, por la muerte de los padres del líder Jin - dijo presionando nuevamente el hierro caliente - esto por traer a el último de los Wen a mi secta - dijo presionando por tercera vez - Y esto, por hacer de mi sobrino perfecto, una desgracia. - Esta vez el hierro se sintió más caliente y a la vez con más presión sobre su pecho.

Wei Ying estaba completamente nublado por el dolor y escuchaba la voz de Qiren muy lejos, aunque sus palabras le herían en lo más profundo de su corazón, se mantuvo firme.

- Mis sobrinos, los hermosos y perfectos Jades de Gusu se volvieron locos por los orgullos de Yunmeng, inaceptable, totalmente inaceptable. - dijo Qiren presionando el hierro con fuerza.

- ¿Qué acaba de decir? - dijo Wei Ying entre dientes, ya que su mandíbula estaba completamente dura

- Me escuchaste perfecto - dijo Qiren con una sonrisa mientras dejaba caer el hierro a su lado

- Eso si no se lo perdonaré, ¿esperaba que sus sobrinos fueran como dos trofeos para presumir cierto? - dijo Wei Ying recargando sus manos en el suelo

- Eso a ti no te incumbe - dijo Qiren con una voz bastante molesta

- Oh claro que me incumbe - dijo Wei Ying antes de tomar todo el aire que pudo y tomar aquel hierro caliente del suelo. - Ahora hablaré yo - sus ojos eran de un rojo sangre que provocaron escalofríos en Qiren

- Adelante, te escucho... - fue lo último que pudo decir Qiren antes de que el hierro se penetrara en su pecho

- Esto es por atreverse a hablar de los líderes de Yunmeng - Wei Ying sacó el hierro - esto, por hablar de mi hijo con ese tono tan tan... - no pudo terminar de hablar pues la ira se había apoderado de él y había apuñalado nuevamente a Qiren - esto, por hablar de mi Shijie y de ese pavo real - nuevamente el hierro salió y entró al pecho de Qiren, quien yacía de rodillas y había escupido sangre varias veces. - Y esto... - dijo Wei Ying sacando el hierro y presionando contra el pecho de Qiren, justo sobre el corazón. - Por hablar de mi esposo y de su hermano como si fueran un vil objeto que presumir ante la sociedad. - clavó el hierro en lo más profundo del pecho de Qiren, él solo sonrió antes de caer al suelo y mantuvo sus ojos en aquel hombre que le había dado muerte.

"Nos vemos en el infierno, demonio". Fue el último pensamiento de Qiren antes de morir en el frío piso.

"¿Qué hice?, Lan Zhan no me va a perdonar nunca, me merezco la peor de las muertes". Pensaba Wei Ying mientras se dejaba caer de rodillas contra el suelo.

No se escuchaba ni un ruido...

No solo era el talismán, en serio nadie dentro de esa habitación estaba pronunciando alguna palabra...

Dos siluetas vestidas de blanco abrieron la puerta

- Lan Zhan... -dijo Wei Ying antes de quedar inconsciente

...

Sizhui, Jinyi y Jin Ling caminaban por todo Descanso en la Nube en busca de Wei Ying. El silencio esa noche les causó escalofríos. Los tres habían tomado la decisión de buscar a Wei Ying en el unico lugar que les faltaba.

Jinyi y Sizhui tocaron, pero nadie respondió...

- No creo que estén aquí - dijo Jin Ling cruzándose de brazos

Una extraña sensación recorrió el cuerpo de Sizhui, como si hasta la última parte de su cuerpo intentara decirle algo. Decidido abrió la puerta, sabía que quizás debería copiar el muro un par de veces, pero ese sentimiento que le causaba angustia le pedía a gritos abrir la puerta, habrá tiempo para castigos después.

La imagen que estaba frente a sus ojos parecía sacada de su peor pesadilla, le tomó unos segundos llegar hacia Wei Ying, su cuerpo ardía en fiebre y su frente estaba bañada en sudor. El escudo de la secta Wen estaba marcado por todo su pecho.

Sizhui no lo pensó ni 2 segundos y tomó a Wei Ying entre sus brazos, a pesar de no ser muy fuerte como Lan Zhan, su instinto era el que en estos momentos le dictaba qué hacer.

Corrió a toda prisa hacia el Jinshi con Wei Ying en brazos, los discípulos que vieron la escena corrieron en busca del segundo Jade y otros corrieron en busca del doctor de la secta. Nadie sabía con exactitud qué estaba pasando, pero estaban seguros que, si algo lle llegaba a pasar a Wei Wu Xian, el segundo Jade quemaría todo Descanso en la Nube.

...

Por otro lado, cuatro adultos caminaban tranquilos por otra parte de Descanso en la Nube, dos de ellos tenían su rostro lleno de melancolía al recordar las maravillosas aventuras que vivieron en su juventud. El otro par estaban completamente preocupados por lo que Qiren pudiera hacerle a Wei Ying.

Un discípulo llegó a toda prisa, su rostro estaba pálido y no podía pronunciar ni una sola palabra. De inmediato un escalofrío recorrió toda la espalda de Lan Zhan, y Xichen tuvo un mal sabor de boca.

- El... maestro... Wei... - dijo el discípulo con la respiración entre cortada

- ¡Tío Jiang Cheng! - gritó Jin Ling justo tras de el discípulo - Ayúdanos por favor - el joven que dirigía Lanling, parecía un niño que acababa de tener la peor de las pesadillas.

Sin pensarlo dos veces, los cuatro corrieron tras de Jin Ling, las lágrimas corrían por el rostro del joven y su garganta estaba seca.

Todos llegaron a la escena, el cuerpo de Qiren bañado en sangre y una sonrisa llena de placer en su rostro. No importaba si su muerte había sido dolorosa, su rostro mostraba una alegría más allá de lo imaginable.

- Wei Ying... - dijo Lan Zhan. Sus ojos mostraban una angustia horrible, sus manos a sus costados temblaban y la sangre le hervía. No sabía qué había pasado, pero en el lugar se percibía un suave rastro de energía resentida. - Wei Ying... - pronunció de nuevo, su voz estaba rota y su boca completamente seca. Quería gritar, quería llorar, pero... también sentía un gran alivio...

EL ROJO Y EL AZUL SIEMPRE VAN JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora