PESADILLA

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Wei Ying estaba inconsciente, los brazos de Sizhui lo rodeaban y se sentía seguro, ambos entraron al Jinshi y Sizhui colocó a Wei Ying en la cama.

- No....te...vayas...por favor... - dijo Wei Ying aferrándose a la muñeca de Sizhui

- Madre, por favor, debo buscar a padre - dijo con una suave voz Sizhui

- Quédate...por favor - dijo Wei Ying jalando con todas sus fuerzas a Sizhui.

Ambos se encontraban recostados en la cama, Wei Ying se aferraba a Sizhui con fuerza hasta que se quedaron dormidos.

...

- Levántate, si queremos saber cómo está, debemos verlo. - dijo Jiang Cheng con una voz ronca.

Lan Zhan no pronunció ninguna otra palabra y se levantó, Xichen se arrodilló y tomó el cuerpo de su tío entre sus brazos para comenzar a soltar algunas lágrimas. Jiang Cheng se arrodilló al lado de Xichen y lo abrazó con fuerza, sus cuerpos encajaban perfectamente en ese momento, Jiang Cheng dejó un suave beso en la frente de Xichen.

- Maestro, - dijo Jinyi con la boca seca y haciendo una reverencia - Sizhui se llevó al maestro Wei. - al decir esto, los ojos de Lan Zhan se abrieron como platos y sin titubear se fue directo al Jinshi.

Jinyi y Jin Ling se vieron el uno al otro y se acercaron a la pareja en el suelo, no querían interrumpir el bello momento, pero ambos necesitaban un consuelo y consideraban a aquella pareja como su familia desde que comenzaron su relación.

- Tío... ¿me puede abrazar? - preguntó Jin Ling nervioso

- ¿A mí también líder Jiang? - dijo Jinyi entre suspiros y suaves sollozos

- Ahora todos somos familia, no deben preguntar - dijo Xichen limpiando las lágrimas de sus mejillas

Un brillo se hizo presente en la mirada de Jiang Cheng, y esta vez no era de ira, sino de amor y admiración pues el hombre que amaba con todo su corazón estaba diciendo que su sobrino era su familia y no de broma o en un momento normal, sino en un momento tan serio como lo era el actual.

- Familia... - dijo Jiang Cheng con un tono casi inaudible

...

Lan Zhan estaba tan nervioso que no se percató de los discípulos que lo saludaban, ni de la persona que iba detrás suyo. Lan Zhan vio las puertas del Jinshi entreabiertas y su corazón se partió, "¿cómo habían pasado tantas tragedias en un solo día?" pensó Lan Zhan.

En ese momento quería meter a Wei Ying en una cajita y protegerlo de todo lo malo que se avecinaba, no quería ver que su Wei Ying llorara tan amargamente como en la mañana, que su Wei Ying sufriera un dolor similar al de esa mañana, ni ningún tipo de dolor, en ese momento solo quería abrazarlo y protegerlo del mundo cruel.

Al entrar al Jinshi su corazón se detuvo por un momento, la escena que estaba presenciando era perfecta, tanto Wei Ying como Sizhui dormían en paz, Wei Ying tenía entre sus brazos a Sizhui quien estaba hecho bolita entre los suaves y cálidos brazos de su madre, como si nada ni nadie pudiera hacerles daño, Lan Zhan guardó esa imagen en su mente.

- Segundo Jade... - dijo nervioso el doctor detrás suyo

Esas dos palabras bastaron para traerlo a la realidad y el pánico se hizo presente, un nudo se formó en su garganta y sentía un gran agujero en su estómago.

- Revíselo sin despertar a ninguno. - dijo con una voz casi rota

El doctor procedió y removió suavemente a Sizhui, quien se giró hacia un lado y volvió a acurrucarse, después el aroma a sangre seca se hizo muy fuerte para la nariz del doctor, removió la sábana que cubría el pecho desnudo de Wei Ying y lo que vio fue horrible, no tenía palabras para lo que estaba viendo, aun conociendo a Qiren, sabía que ese era un castigo muy cruel.

- Hangjuan Jun.... el pecho del joven Wei... - el doctor tartamudeo y no terminó de hablar

Lan Zhan caminó rápidamente hacia ese extremo de la cama y sus ojos se llenaron de lágrimas, su boca se abrió y se cerró repetidas veces sin pronunciar palabra, era horrible, la suave piel de su amado estaba roja, llena de quemaduras y con sangre.

- Maldito seas tío - dijo Lan Zhan apretando sus puños con mucha fuerza y salió del Jinshi más enojado que nunca.

...

Lan Xichen había llamado a unos discípulos para que llevaran el cuerpo de su tío a lavar y prepararlo para la ceremonia de su muerte. Jiang Cheng se aferraba a su sobrino y a cierto discípulo que no paraba de llorar, ambos niños temblaban y tenían los ojos rojos. Jiang Cheng buscaba la mirada de Xichen, sabía que ahora más que nunca lo necesitaba, pero le era imposible soltar a aquellos niños.

- Xichen - La voz ronca de Lan Zhan resonó en el lugar

- Hermano ¿cómo se encuentra el joven Wei? - dijo Xichen con la voz más dulce que podía salir de su boca en estos momentos.

- ¿Está muerto? - preguntó Lan Zhan con una voz fría y su rostro más serio que nunca

- Si... - dijo Xichen bajando la cabeza

- Quemó todo el cuerpo de Wei Ying... -dijo Lan Zhan, su voz seguía fría y su rostro no mostraba ninguna emoción, pero sus ojos irradiaban ira pura.

- ¿Hizo qué? - dijeron al unísono Jinyi y Jin Ling

Jiang Cheng soltó un gruñido y Xichen abrió la boca sin pronunciar palabra, ambos adultos notaron la ira en los ojos de Lan Zhan, pero solo Xichen notó una pequeña chispa de paz y de preocupación, todo atrapado en dos bellos ojos color sol.

- Lo siento Wangji - dijo Xichen tras soltar un suspiro

- Vayamos a verlo - dijo Jiang Cheng con una voz algo quebrada

Los 5 salieron en camino al Jinshi y no esperaban escuchar ese sonido que era tan peculiar, pero hacía unos días no escuchaban. Los 5 suspiraron algo aliviados, ese sonido era tan bello y mágico todas las veces que se escuchaba, pero solo fueron unos segundos y un silencio ensordecedor se hizo presente.

EL ROJO Y EL AZUL SIEMPRE VAN JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora