Todas las mañanas era lo mismo, Momo siempre era abrazada por la soledad al despertar, siempre era dejada por el a pesar de estar casados, todo era monotono que cansaba y ella se canso.
Las miradas ahora estaban sobre la castaña, Momo por su parte pidió a Yuna que traiga algo para limpiar el desastre de ahí, el piso fino estaba manchado con el vómito de la castaña quien aún se encontraba recuperándose mientras tosia.
__ ¿náuseas? __ pregunto la pelinegra al tiempo que la ayudaba a levantarse para así llevarla a sala y así sentarla en el sofá de la misma. __ ¿quieres que llame a un dictor?
Por otro lado la pelea que apenas empezaba se había apagado de golpe con lo acontecido, tanto el rubio cenizo como el bicolor se habían liberado uno del otro y ahora se encontraban en silencio observando la pared como si ella fuera la cosa más interesante del mundo.
__ no hace falta, voy a estar bien. . . . . __ hablo la castaña aún con las náuseas en ella, odiaba aquella sensación__ creo que es mejor que me marche . . . . . Katsuki. . ..
__ puedes quedarte un rato, tengo un cuarto libre para que descanses __ precio la pelinegra amablemente sujetándola suavemente.
__ no, yo. . .
__ cara redonda es mejor que accedas. . .. .no te vez bien. . .. __ desde su sitio y con los brazos cruzados por sobre su pecho el rubio cenizo no hizo nada más que apoyar la idea de Momo.
__ lo vez, quédate un ratoaquí __ la pelinegra sonrio __ Yuna. .
__ ¿si mi Señora? __ la pelirosa se había mantenido en absoluto silencio esperando otra orden después de limpiar el desastre de la castaña.
__ ayuda a Ochako a llegar a la habitación vacía __ indicó la pelinegra con suavidad en su tono de voz.
__ como usted diga mi señora __ hizo una reverencia y con sumo cuidado ayudo a la castaña a levantarse del sofá, la castaña se dejó guiar por el pasillo que tenía cierta vida, se llenó de aquel ambiente cálido que recorrían las paredes.
