Todas las mañanas era lo mismo, Momo siempre era abrazada por la soledad al despertar, siempre era dejada por el a pesar de estar casados, todo era monotono que cansaba y ella se canso.
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Sus ojos se abrieron dolorosamente, le dolía la cabeza y el cuerpo pero sobre todo el alma, fue recibida por el habitual color de su habitación, un blanco frío e inerte.
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Sintio algo pesado encima suyo, mirando bien se dio cuenta que el bicolor se encontraba ahí, el estaba dormido profundamente, incluso podía ver las leves ojeras en su rostro que lucia muy desgastado.
No se movió, no quería despertarlo aún, se quedó en silencio, fue un largo rato así hasta que sintió que el bicolor se movia, vio como este se frotaba los ojos aun hinchados.
__ ¡oh!
Sus miradas se encuentran en un silencio incómodo, el la mira tristemente y ella no puede evitar sentirse mal.
__ ¿cómo te sientes? __ pregunta el bicolor rompiendo el silencio.
Ella duda en responder, desvía la mirada a otro lado y da un suspiro.
__ dolorida __ confiesa.
__ ¿Que te duele? __ pregunta acercandoce a ella, intenta tomar su mano pero ella es más rápida y saca de su alcance sus manos.
__ solo debo descanzar __ niega con la cabeza.
__ llame a un doctor __ confiesa.
__ no tenias que hacerlo __ responde ella.
__ estoy preocupado por ti.
__¿ no es muy tarde Todoroki-San? __ cierra sus ojos.
__ nunca es tarde.
__ para mí lo es __ mira hacia la ventana.
Shoto suelta un suspiro pesado, no sabía que hacer para recuperar su amor, talvez sería bueno dejarla ir, sacarla de esta jaula.
__ Momo __ la llama haciendo que esta vuelva a mirarlo.
__ ummm . .. .. __ ella lo mira sin interés.
__ antes que te desmayes tenía algo que decirte __ posa su mirada en el piso.
Momo lo mira intentado adivinar sus próximas palabras, intentando descifrar sus pensamientos.
__ Momo __ vuelve a llamarla y esta vez posa una de sus manos en la mejilla de ella, la pelinegra acepta el tacto de su mano.
