• 𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐄 • || CARL GRIMES || [TWD]

CAPITULO 21

Confianza por un lado y desconfianza por el otro.

Le entierro el tubo a otro caminante y veo el cuerpo caer gracias a la lámpara que está sobre la carretilla. Giro mi cabeza para examinar a los Grimes asegurando las vallas con los grandes troncos de madera. La noche se siente extrañamente caliente y quiero suponer que es por el calor de mis esfuerzos. Los brazos me duelen y la frente está empapada de sudor.

Carl y yo cruzamos miradas por tercera vez, pues sabe que quiero decirle lo ocurrido sobre Yahir, pienso las consecuencias mientras le entierro el tubo a uno analizando bien las cosas, lo que menos quiero es traer más problemas no solo a mi ex-amigo, pues ahorita estamos lidiando con un peligro, pero también quiero que Rick esté enterado de ese comportamiento. Vuelvo a ver a Carl y niego con la cabeza para que sepa lo que significa: no le diré nada a su padre...no aún. Él como respuesta rueda los ojos y le da patadas en la esquina del tronco para asegurarlo sobre esas piedras medianas.

Observo la prisión buscando un ruido, pero solo se oyen los gruñidos de los caminantes a mis espaldas, no hay nada que hasta pareciera que solo existimos nosotros tres. Luego veo a Rick, está más preocupado por la reja y convenzo a mi mente que también debo de hacerlo. Si esto cae, este lugar no es seguro. Es primero esto.

Carl trata de cargar el tronco y me acerco para ayudarlo, lo colocamos en la reja entre los dos, le doy patadas con el pie para asegurarlo mientras que veo a los monstruos del otro lado.

—¿Todo está bien?— cuestiona Carl mientras ve el extremo al que estoy asegurando.

—Si no lo estuviera se escucharían más disparos y alguien estaría pidiendo ayuda.

Rick le responde con un poco de ironía. Respiro hondo mirando de nuevo nuestro lugar y asiento dándole la razón. Hasta ahora ni Maggie ha regresado y supongo que es porque cuida de Glenn.

Todos deben de estar bien, lograron controlar el problema y nosotros debemos de asegurar esto. Cada uno tenemos tareas pendientes, tal y como hace semanas.

Rick vuelve a tomar el tronco, Carl se acerca para ayudarlo porque no puede él solo. Vuelvo a asegurarlo y estoy dispuesta a ayudarlos con el otro.

El sonido familiar llama no solo mi atención, sino la de los tres. Me detengo de golpe y deslizamos nuestros ojos por todos los troncos. Es difícil encontrar cuál de todos es el débil que está a punto de estropear nuestro duro trabajo gracias a los gruñidos junto con los cuerpos podridos chocar contra la reja. El tercero se rompe en un parpadeo. Rick brinca uno para llegar a este y detener la reja.

—¡Rick!—grito al notar que esta empieza a hundirse hacia dentro, hacia nuestro lado y con ella varios cuerpos vivientes.

Los caminantes urgidos por mordernos se amontonan de ese lado, cada vez más llegan ganando el peso. Él apoya sus manos hacia está para empujarla hacia atrás y hacerlos retroceder. Tomo el hacha que está sobre los troncos de la carretilla para usarla como soporte para ayudarlo, Carl es el que se acerca primero a su padre sin importarle el riesgo. El tubo que sostiene la reja se safa del suelo haciendo un ruido tan agudo que nos hace reaccionar y cae cerca de mí. Retrocedo deprisa. Abre paso a los caminantes que hace unos segundos intentaban tocarnos, ahora tienen oportunidad si no corremos. Cada uno de ellos se levantan y abro los ojos tan grandes al ver que son demasiados. Sobre la reja no se veían muchos, pero estos mismo nos pueden acabar en un instante.