CAPITULO 25

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De un riesgo a una muestra

Los golpes constantes que empiezan a sonar nos alarma a ambos, son bajos y notoriamente de caminantes. Me levanto de golpe y retrocedo unos pasos, sigo tranquila porque la puerta no puede abrirse gracias al nudo del cable y el sillón. Es lo único que nos tiene a salvo. Carl da medio giro y camina a la puerta trasera sin aviso, solo el ruido de sus pesados botines es lo que logro escuchar en todo el lugar, miro fugazmente a Rick y lo sigo sin dudar al menor de los Grimes. Quita mi nudo y abre paso al exterior. Camino atrás de él con mucho cuidado. El clima es cálido al igual que ayer, lamentablemente no es un ambiente que disfrute ahora mismo.

Dos caminantes son los provenientes de esos golpes, justo como lo había pensado. Inspecciono el vecindario para percatarme que no haya más de ellos, pues dos monstruos no son un problema todavía. El chico da un paso adelante y tomo su brazo para impedir que dé otro.

-No hagas una locura- le susurro.

-Tengo una idea- lo suelto para que lo tome en marcha -¡Oigan! ¡Aquí estamos!

Lo miro alarmada con los ojos bien abiertos. Saco el arma, pero jamás la levanto para apuntar porque él esta vez es el que me toma del brazo para retroceder en pasos largos manteniendo la distancia entre ellos. Solo obedezco sin rodeos.

¿Qué demonios está haciendo? Quisiera desconfiar de él, pero mi cuerpo se deja llevar junto con su mano que sigue aferrado por encima de mi tela delgada de la sudadera. Espero que sea un plan ingenioso para hacer este tipo de cosas y alejarnos de Rick. Me preocupa que despierte y no nos encuentre.

El miedo aún sigue aunque estoy tomando en cuenta que solo son dos. Salimos de la calle retomando el camino en otra más angosta con más espacio libre, no dejo de girar mi cabeza a todos lados para percatarme que todavía no estemos corriendo peligro. Me extraña que todo esté tranquilo.

Carl me jala hasta la izquierda para adentrarnos a un pasillo que va directo al patio trasero de una casa. Es un espacio muy libre que se nota fácilmente que ha estado abandonado desde mucho gracias a las hojas que han caído con el paso del tiempo. Él tiene la mirada fija en ambos cuerpos podridos que nos siguen como perros entrenados, pero yo me volteo para verificar nuestros alrededores. La suerte desaparece como un chasquido y el miedo regresa de golpe que el cuerpo lo siento tan tenso provocando que mis movimientos sean rápidos. Un caminante aparece atrás de nosotros y no me da tiempo de empujarlo lejos.

-¡Carl!- le grito para que se percate de que ya no son solo dos.

El mini sheriff se voltea alarmado y el caminante se le encima provocando que no aguante el peso de este y caigan al suelo. Los otros dos caminan a mí y levanto el arma sin importarme el sonido que se puede aproximar por mi defensa. Solo actuo. Mato a uno y cuando estoy por dispararle a otro me toma de los hombros y retrocedo por la fuerza que empleo. Pierdo el equilibrio y también caigo al suelo, el arma se me resbala de las manos, así que la coloco en el hombro del caminante para impedir que me muerda. Sus dientes chocan muy cerca de mi rostro provocando que el estómago se me devuelva al tenerlo cerca. Literalmente todo su cuerpo está sobre el mío y el aire empieza a irse de mis pulmones llevándose consigo mis fuerzas que me quedan. Coloco el antebrazo sobre su cuello y deslizo mi mano por el cinturón para buscar el cuchillo que tengo todavía guardado. La única arma que tengo en mi alcance. Aprieto los dientes, todo en mí se tensa al escuchar otros pasos arrastrados acercarse, estoy por gritar el nombre de Carl, pero mi voz es callada por los quejidos del chico al no poder defenderse del otro caminante. Nuestros forcejeos son notorios y los quejidos también. Ambos estamos luchando por nuestras vidas.

• 𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐄 • || CARL GRIMES || [TWD]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant