Epílogo

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Diciembre 2023

-¡Ya voy! – Grité desde la planta de arriba.

Miré extrañada el reloj, habíamos quedado a las ocho y media y a penas eran las siete.

Era 23 de diciembre y habíamos decidido invitar a cenar a Ricky, Roi, Aitana, Miriam y Agoney y sus respectivas parejas ya que eran los únicos que se encontraban aquel día.

Normalmente hacíamos la cena de Nochevieja en una casa distinta todos lo que estuviésemos en Madrid. Esta al ser el primer año que Ana y yo compartíamos piso habíamos llegado a la conclusión de que sería el mejor sitio, pero como cada uno ya empezaba a formar su familia, a tener pareja más formal, por lo que unos iban a su ciudad con sus familias, otros con las de sus parejas, cada año que pasaba éramos menos, pero aún así seguíamos muy unidos y hablando sin parar por el grupo. Así que decidimos adelantarla al día 23 con los que aún nos encontrábamos en Madrid, porque al día siguiente estaríamos cada uno en una punta del país. Ricky y Pablo en Mallorca, Aitana en Barcelona y Ana y yo en Canarias.

-¿Qué haces aquí tan pronto? – Dije nada más abrir la puerta y encontrarme a Ricky.

-Oye maricona, fuiste tú la que me dijo que viniera antes, pero que si quieres me voy y vengo más tarde.

-Nono, solo que me sorprende que estés aquí. – Cerré la puerta. – Normalmente eres de los últimos.

-No te acrodabas de que tenía que venir, ¿verdad? – Negué.

- Es que he estado muy ocupada con unos asuntos y no me daba pa más la cabeza.

-Es que has trabajado demasiado estas semanas para dejarte libres las Navidades.

-Tienes razón. – Afirmé. – Pero aún así te dije a las siete y media y son en punto. – Miré el reloj.

-Vaya imagen tienes de mi. – Dijo tirándose al sofá de espaldas. – Ha pasado un año y aún me sigue flipando vuestra casa.

-Ya y eso que aún no has visto la nueva bañera que hemos puesto.

-No jodas que al final lo conseguiste. – Me miró.

-Obviamente que lo conseguí. – Dije con aires de suficiencia. – ¿Por quién me tomas?

-Pues enséñamela.

-Pues vamos arriba.

Y eso hicimos, subí las escaleras de mi piso hacia nuestra habitación y pude ver como Ricky abría mucho los ojos al ver la bañera que había conseguido poner en nuestro aseo.

-Jo-der. – Dijo nada más entrar.

-Te dije que la conseguiría poner. – Admiré su cara al ver la bañera.

-Mimi, que no vamos a poner la bañera, no sigas insistiendo. Dijo subiendo las escaleras tras haber terminado de desayunar.

-¿Pero por qué no? La seguía. Tú sabes todas las cosas que podemos hacer ahí, que te puedo hacer ahí. La giré para quedarnos a centímetros.

-No, Mimi.

-Venga, Ana. No te hagas la dura.

-No y se acabó la discusión. Se volvió a dar la vuelta, encaminándose a nuestra habitación. ¿Tú no te tienes que ir a un ensayo?

-Dame una sola razón por la que no. Evadí su pregunta, consiguiendo pararla antes de entrar a la habitación.

-Te voy a dar dos. Levantó sus dedos índice y corazón. Uno: porque lo digo yo y porque son las ocho y media de la mañana y dos porque es un gasto de dinero innecesario.

Vuelves (TERMINADA) // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora