Año Nuevo

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Me quedé a dormir en casa de Ana, al igual que Miriam. Ya que nos dieron las 5 de la mañana entre tanta canción, bailoteo y alguna que otra copita. Antonio nos insistió mucho en que nos quedásemos a dormir, aunque Miriam y yo nos intentamos negar muchas veces, pero al final no nos quedó otra que  quedarnos ya que Ana se había unido a las intenciones de su padre y estaba claro que no iban a aceptar un no por respuesta.

Me desperté ya que noté una manos haciéndome caricias en el moflete y algún que otro beso en mi pelo. 

- Buenos días dormilona. -- Dijo Ana dándome un beso en el pelo.

- Buenos días Banana. ¿Qué hora es? 

- Las doce, no hay nadie despierto aún, pero es normal ayer nos acostamos todos muy tarde. 

Nos quedamos un rato más, así como estábamos: con mi cabeza en su pecho mientras ella me hacía cosquillas por los mofletes y yo con mi mano debajo de su camiseta del pijama mientras le hacía cosquillas alrededor del ombligo. 

- ¿Chicas vais a desayunar ya o más tarde?, es por ir haciéndoos el desayuno. -- Dijo Antonio abriendo la puerta.

- En 5 minutos vamos papá. -- Antonio se nos quedó mirando con una sonrisa y Miriam se asomó por detrás de el. - ¿Qué pasa?

- Nada, nada cuando eso bajáis. -- Cerró la puerta muy sonriente. 

En cuanto cerraron la puerta y alcé mi mirada para poder ver a Ana, que me dedicó una sonrisa en la que solo pude ver amor y felicidad, o eso me transmitía a mi. Así que lo que hice cuando la vi así fue ponerme encima de su cuerpo y juntar nuestros labios hasta que tuvimos que coger aire. Nada más separarnos esbocé una sonrisa, me encantaba estar así con ella,bueno y me encanta, sobre su cuerpo, mirándonos, con nuestras frentes juntas y con una sonrisa que lo decía absolutamente todo sin ninguna falta de decir ninguna palabra. 

- ¿Vamos a desayunar?, que seguro que estos dos nos están esperando. -- Le acaricié la nariz con mi nariz. 

- ¿Y si cancelamos nuestros planes y nos quedamos así todo el día, porfi? -- Me dijo con voz de bebé.

- Banana, no juegues con esa voz que sabes que no puedo con esa voz, siempre terminas convenciéndome.

- ¿Entonces eso es un si?

- No, eso es un no. Así que venga arriba que tengo hambre y mi estómago está necesitado de aguacates. -- Dije levantándome de la cama.

- No quiero... -- Dijo agarrando mi mano para intentar que me tumbase otra vez con ella.

- Si no te levantas te levanto yo, así que tu verás.

- Si no me levantas tu, yo no me voy a levantar. -- Se acomodó en la cama mejor.

- Pues te levanto yo. 

Y eso hice. La destapé y la cogí como un saco de patatas, no sin que ella pusiese resistencia a que la llevase así.

- Mimi sabes de sobra que odio que me cojan así. 

- Me has dicho que te levantase, pues yo te he levantado.

- Ni se te ocurra bajarme por las escaleras así.

- Pues llegas tarde, mira el primer escalón.

- Te odio Mimi, te juro que te odio. -- dijo gritando. 

Bajé las escaleras con cuidado, ya que Ana no paraba de moverse y no quería caerme con ella. Cuando terminé de bajar las escaleras vi a Antonio delante de nosotras riéndose.

- Pensaba que les había pasado algo.

- Y si que pasa papá, odio que me cojan así y ya ves como estoy.

Vuelves (TERMINADA) // WarmiOnde histórias criam vida. Descubra agora