Pasado pisado

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- Eh Mimi, tranquila. -- Me dijo, mientras me acariciaba el brazo de forma cariñosa. 

- Eso intento pero es que no puedo. 

La verdad, es que sí que me debía de relajar. 

Las manos me temblaban del nerviosismo y no podía pararlas. Al igual que mi pierna derecha, que no paraba de subir y bajar de forma frenética. 

Me cogió de las manos. Y la sonrisa que me salió fue automática. 

Al ver nuestras manos entrelazas encima de su regazo. Encajaban a la perfección. Su pulgar acariciando mi dorso de manera casi inconsciente. 

Sabía que ella me estaba mirando, con esa mirada suya, con la que siempre intentaba infundar cariño y confianza a la persona que tenía enfrente. A pesar del daño que le hubiese hecho durante las semanas anteriores. 

- No he hecho nada bien, ni tan si quiera ir a solucionarlo antes. -- Solté un suspiro de resignación. 

Sabía a lo que me refería. A pesar, de no tener ni la menor idea de a lo que había detrás de todo aquello, ella estaba ahí dándome una oportunidad y confiando en mi para que le explicase que había detrás de todo aquello. 

- Cuando me fui a China con 20 años, todo iba bien. Hice amigos, salía de fiesta pero siempre controlándome, hacía lo que más me gustaba en el mundo... Pero, un día de fiesta yo no estaba bien porque había hecho un show fatídico y bueno Daniela me dijo que saliese con ella para olvidarme de todo, y te juro que yo... yo no quería... 

- Mimi. Mírame. -- me cogió del mentón para que la mirase y me encontré con aquella mirada cariñosa y que tanta paz me transmitía.- No me voy a ir de tu lado nunca, por muy malo que sea lo que hayas hecho. 

- ¿Ni aunque hubiese matado a alguien? -- añadí, intentando relajarme.

- Ni aunque hubieses matado a alguien. 

Cerré los ojos y suspiré antes de seguir hablando. 

- Tranquilízate. Ya sabes que tenemos todo el tiempo que necesites para contármelo. Pero no estés así, porque me rompe verte así de mal, por favor. 

- Es que no sé como empezar y tengo miedo. Mucho miedo.

Al hacer contacto con mis ojos en los suyos pudo ver mi preocupación y mi miedo ante toda esta situación que ahora mismo nos rodeaba. Durante un mes me he estado autoconvenciendo, a mí y a todos los que me rodeaban, de que lo que estaba haciendo era lo mejor para mí y también para ella. Tenía más miedo a que ella se fuese de mi lado, aunque sabía que ella lo comprendería y así me lo había dejado ver desde que había entrado por la puerta de su habitación, que contarle todo. 

Me deshice en un mar de lágrimas. El miedo a perderla se hizo más presente que nunca en ese momento. También a que no me perdonase y que nunca lo hiciera del todo. En aquel momento me sentí una completa inútil. Ella tan serena y tan dispuesta a escucharme. En cambio, yo mostrándome tan débil y con tan poca serenidad para explicarme. 

Al alzar mi mirada me encontré con sus ojos mirándome. A los pocos segundos, se fue echando hacia atrás y apoyándose en el cabecero de la cama del hotel. 

- Ven. -- dijo dando palmadas al hueco que había a su lado. 

Me quité los zapatos y fui gateando por encima de la cama hasta quedar a su altura. Acto seguido, escondí mi cara en el hueco entre su clavícula y su cara. 

- Amor... ¿me miras? -- cogió mi cara con ambas manos para que saliese de aquel "escondite" donde me sentía segura.  

Pasó sus dedos pulgares por mi cara para quitarme las lágrimas que había derramado en apenas dos minutos. Nada más acabó de retirarlas, la miré. 

Vuelves (TERMINADA) // WarmiWhere stories live. Discover now