Miedo

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Me giré para ver quién era. 

- ¿Ana? -- me sorprendí al verla allí. 

- La próxima vez, espero que tú y tu noviecita os ahorráis el show de ahí fuera. -- dijo enfadada. - Ya he tenido bastante como para aguantarla aquí también. 

- No es mi novia. -- Dije tajante. 

- Pues para no serlo bien que os morreáis por la calle y la tienes detrás tuyo lamiéndote el culo. -- dijo con obviedad. 

- Ana, yo no he tenido nada que ver con lo de hoy. 

- No hace falta que me des explicaciones, porque tú y yo no somos nada, ¿recuerdas? -- Me miró con desprecio. - Pero la próxima vez me dejáis tranquila. 

- Lo siento si te ha molestado, no era mi intención. -- Dije arrepentida. -- Pero tampoco sabía que se iba a presentar aquí. 

- Eh, que te he dicho que no me des explicaciones. 

Y no me dejó responderle. Simplemente, cogió la manivela de la puerta de mi habitación y me cerró la puerta de golpe en todas las narices. 

Nada más adentrarme en la habitación, cogí el primer objeto que se encontraba a mi alcance y lo estampe con todas mis fuerzas contra la pared. 

- ¡Joder! -- grité -- ¿Por qué tuvo que volver a aparecer? -- me llevé las manos a cara. -- Solamente aparece para joderme más la vida, como si nunca tuviese suficiente.

Y otra vez, volví a romper a llorar. No sé cuanto tiempo estuve llorando hasta que me dormí por el agotamiento que llevaba encima. 

Eran las ocho de la tarde cuando me desperté al escuchar una serie de golpes en la puerta. Cada vez eran más intensos y seguidos. 

- ¡Qué ya voy! -- grité, para que parase la persona que había tras la puerta.

Mientras me dirigía hacia la puerta simplemente rezaba para que no fuese otra vez Daniela. 

Y por suerte no lo fue. 

- ¿Ricky? -- pregunté extrañada, aunque era obvio que era él.

- El mismo, en persona. -- Entró en la habitación, dejando las cervezas en la nevera. 

- ¿Qué haces aquí pedazo de enfermo? -- me sorprendió que estuviese ahí, pero en parte lo agradecí y muchísimo. 

- Oye, que si no te alegras de verme, cojo la puerta y me voy. -- me recriminó intentando hacerse el enfadado. 

- No no, quédate aquí. Llevo un día de perros. -- suspiré. 

- ¿Y eso?

- Primero ha venido Daniela y lueg... -- me cortísimos Ricky. 

- ¿Qué hacía aquí esa maldita zorra? -- preguntó alterado. 

- Ricky, por favor cálmate, no ha hecho nada esta vez. -- intenté tranquilizarlo. 

- Eso faltaba que te siguiese jodiendo. -- soltó un bufido. 

Aunque Ricky no supiese nada de la historia, des del primer momento en que le conté lo sucedido en la calle me creyó. 

Al contrario que Ana. Aunque lo entendía no era la misma situación ni de lejos. 

- ¿Entonces qué coño quería? 

- Ha venido a decirme que se iba a China y que no se me ocurriese hacer nada con Ana, ni contarle nada a nadie. -- Me senté en el sofá. 

Tras decirle aquello, Ricky se pudo andar desesperado por la habitación sin comprender nada. 

Vuelves (TERMINADA) // WarmiWhere stories live. Discover now