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Recostado en el pasto, Soobin sacó su celular al sentirlo vibrar, al mirar la pantalla suspiró con pesadez y tiró el aparato al lado suyo, tratando de ignorar lo que acababa de leer.
Era trece de marzo, todas sabían lo que eso significaba. Era el cumpleaños de Beomgyu.
Desde aquella mañana, Yeonjun no le había dejado de mandar mensajes, preguntándole si ya había comprado todo para la fiesta que haría en su casa, y también si ya había hablado con sus padres sobre la fiesta ya que al parecer ellos a veces hasta se desaparecían por días y llegaban cuando querían, por lo que lo que menos quería es que se les ocurriera llegar justo en el cumpleaños de Beomgyu.
Soobin se la había pasado organizando la fiesta, mientras que Yeonjun se la había pasado desde la mañana con Beomgyu.
—Por favor hermanito, necesito tu ayuda. Solo tienes que preparar la fiesta mientras yo estoy llevando a almorzar a Beomgyu y al cine. Te daré todo lo que quieras, te deberé la vida si es posible pero, necesito esto, por mí y por Beom.
Claramente Soobin no se había negado.
Y ahí se encontraba, con ayuda de Jeongin y Hyunjin cargando neveras llenas de cerveza y distintos licores para la barra, mientras que Soobin inflaba los globos y los colocaba por el lugar.
Todo por Yeonjun. Pensaba con una expresión cansada.
—¿No crees que Yeonjun hace demasiado por ese chico? —preguntó Hyunjin—. Algo me dice que le gusta Beomgyu, ¿No lo creen? —Jeongin soltó una carcajada y dejó la nevera sobre la barra de madera.
—Algo te dice que le gusta, y ese soy yo. Yeonjun está enamorándose de Beomgyu, Hyunjin —respondió el menor apoyándose en la pared.
—Pero apenas ha superado a Wooyoung después de tanto tiempo, y ahora Beom... No lo sé chicos. Soobin, ¿Qué piensas? —el mencionado salió de sus pensamientos y bajó la mirada.
—Supongo que tiene que darse una oportunidad, Yeonjun tiene derecho a ser feliz después de que Wooyoung le dañara tanto. Beomgyu es una buena persona —Jeongin hizo una mueca y miró a Soobin bien. Sabía que algo no estaba bien, lo sabía más que bien.
Jeongin era una persona muy observadora, demasiado para ser verdad. Podía leer la mirada de una persona, las palabras que transmitían con la intensidad de ésta, podía saber que algo pasaba depende como la persona trataba de encajar en el ambiente o cómo funcionaban sus rasgos fáciles al momento de hacer alguna expresión forzada. Y sabía que Soobin tenía cada uno de esos síntomas esas últimas semanas.
Todo había empezado desde el día en que Beomgyu fue por primera vez a una reunión con todos para tratar de incluirse, Jeongin había visto a Soobin distante y a la defensiva, como si no quisiera estar allí y tratara de alejarse de alguien, y claramente ese alguien era Beomgyu. Pudo notarlo en su mirada, en sus ojos clavados a los brillantes y curiosos ojos de Beom, pudo notarlo en la profunda conexión entre ellos.
