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Nacimos para vivir, para morir y para sentir. Sabes que estás vivo cuando te enamoras, cuando sonríes, cuando estás triste, cuando estás enojado, cuando estás enfermo, cuando sientes dolor, rompen tu corazón, cuando las mariposas hacen aparición en tu estómago.
Nosotros los humanos cometemos errores la mayor parte de nuestra vida, queremos arreglarlos y luego hacer como si nada hubiera pasado, cometiendo un nuevo error el cual se vuelve común y repetitivo.
Nosotros los humanos tenemos miedo de estar solos, tenemos miedo de salir dañados, de terminar enamorados de la persona incorrecta.
Soobin no quería enamorarse de la persona incorrecta, no quería enamorarse de alguien prohibido, no quería enamorarse de Choi Beomgyu.
Pero a pesar de aquel miedo, allí se encontraba, Soobin mirándose al espejo y arreglando su cabello antes de salir. Acomodó su camiseta gris y sobre ella tomó su chaqueta color rojo vino favorita.
—¿Estás seguro de que quieres ir, Soobin? —el mencionado miró a Yeonjun y metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta—. Sabes que esos chicos juegan sucio, puedes salir lastimado.
—Está bien, necesito el dinero y si gano la competencia me darán lo que me darían en la biblioteca por dos meses de trabajo—. Respondió tocando la frente de Yeonjun con su palma—. Tu quédate a descansar, regresaré apenas termine la carrera, lo prometo. También traeré tus medicamentos.
Yeonjun tosió y asintió acurrucándose en la cama de Soobin mientras abrazaba una de sus almohadas. Yeonjun se había enfermado debido a que luego de tomar demasiado y perder la conciencia, había entrado a la piscina con los demás, agarrando una gripe al día siguiente junto con una fuerte resaca.
Ese día habían retado a Yeonjun en una carrera de motocicletas, a lo que claramente tuvo que negarse, más los chicos habían preferido retar a su hermano si era posible, ya que era una gran riña que tenían los hermanos junto con aquel grupo de chicos los cuales eran conocidos por sus triunfos en los barrios pobres de la ciudad a pesar de que nunca habían podido ganarle a Yeonjun que era uno de los mejores entre todos los corredores.
—¡Suerte hermanito! —exclamó Yeonjun un tanto decaído y alzando sus puños antes de que Soobin saliera de la habitación y le dejara solo.
Sí, en esa situación se encontraba. Engañando a su hermano y escabulléndose para salir con Beomgyu.
Soobin en realidad nunca había aceptado la carrera, le había dicho a Yeonjun que sí lo había hecho para que no le preguntara a dónde iba a salir en realidad.
"Voy a salir con Beomgyu porque ayer casi le beso luego de que él me rogara salir con él, y claramente no me negué porque creo que también me estoy enamorando de Choi Beomgyu, tu futuro esposo."
No, realmente no iba a decirle aquello.
La noche anterior, Soobin había estado cruzando el límite con sus propias reglas. Aún recordaba como había pensado en besar al menor, había quedado estancado en sus pensamientos al momento de mirar sus esponjosos y rosados labios, deseando probar de aquel hermoso néctar.
