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Soobin disfrutó de su aroma. Sus brazos rodeaban el cuello de Beomgyu y este disfrutaba de la calidez del mayor, de cómo le decía que todo estaba bien, que ya había pasado y no volvería a pasar por lo mismo, que Ren no le haría daño, no mientras él estuviera cerca suyo.
Hueningkai había logrado convencer a Yeonjun que sería una buena idea elegir a las parejas al azar, y como Hueningkai y Beomgyu habían planeado, al final el menor sacó los papelitos de Soobin y el susodicho, así logrando su cometido.
Los chicos habían hecho una fogata, era de tarde y pronto el sol se ocultaría, necesitaban luz y calor, después de todo era invierno y el frío les ganaba. Durante ese momento, todos habían platicado y jugado, riendo con entusiasmo y peleando por los últimos bombones.
Yeonjun por su parte estaba alejado de los demás, sentado bajo un árbol mientras escuchaba música con sus audífonos. Soobin y Beomgyu estaban sentados juntos, sin hablar, únicamente reían de vez en cuando y se compartían los bombones que habían separado de los demás antes de que se los acabaran.
—¡Creo que acabo de ver una serpiente pasar por mis pies! —exclamó Hyunjin corriendo hasta donde se encontraba Yeonjun, con una expresión de terror en su rostro. Todos rieron—. ¡Ya verán cuando les pique y se mueran, no les ayudaré!
Taehyun se levantó y caminó hacia el lugar de su amigo.
—Es solo una rama Hyunjin, ¿En serio?
—¡Se movió! —todos rodaron los ojos y Jeongin tomó a Hyunjin del brazo para convencerlo de regresar a su lugar.
Soobin negó con una enorme sonrisa en su rostro. Volteó y miró a Beomgyu el cual se encontraba mirando hacia Yeonjun, con su mejilla apoyada en la palma de su mano, casi le podía escuchar suspirar de pena y podía sentir un leve nerviosismo en él.
—¿Por qué no vas con él? —Beomgyu salió de su trance y miró a Soobin que también observaba a su hermano.
—No, está bien. Yeonjun ha de querer estar solo, no lo iré a molestar.
—Vamos, eres su novio, nunca podrías molestarle —Beomgyu asintió y apartó la mirada.
—Ven —dijo y tomó el brazo de Soobin, arrastrándolo hacia la casa de campaña que les correspondía—. Ellos caerán en cualquier momento, han bebido demasiado alcohol.
El mayor no dijo nada, solo se quedó callado y se dejó guiar por Beomgyu. Al entrar a la casa de campaña -la cual era posiblemente el triple de grande que una normal-, el par de jóvenes se sentaron sobre sus respectivos sacos de dormir.
—¿Quieres un bombón? —preguntó Beomgyu sacando una bolsa entera de los malvaviscos con una sonrisa burlona.
—¿Es en serio Choi Beomgyu? ¡Con razón se habían acabado rápido, tú te robaste una bolsa entera! —Beomgyu rió y saltó sobre él para taparle la boca con una de sus manos—. Suelbtablme —trató de pronunciar mientras Beomgyu le cubría.
