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Beomgyu se quejó en voz baja y se sentó en la orilla de la cama. Miró a su lado y observó la espalda desnuda de Yeonjun a su lado, completamente dormido y suspirando entre sueños. El castaño alzó la mirada y observó el reloj digital del lado de su novio.
3:42 a.m. Vaya dolor de cabeza.
Colocó sus pantuflas y sin ganas fue al baño para lavarse el rostro y cepillarse los dientes.
Con esa noche, ya llevaba alrededor de cuatro días sin poder dormir, realmente estaba sufriendo de insomnio por laguna razón y lo odiaba, y lo peor, a pesar de que se tomara pastillas para dormir antes de acostarse, terminaba en la misma situación, despierto desde las tres o cuatro de la mañana sin poder dormir el resto de la noche.
Normalmente cuando le ocurrida buscaba alguno de sus libros digitales, descargaba juegos o se ponía a ver la televisión para pasar el rato.
Una noche había levantado a Yeonjun y este logró hacerle dormir -por arte de magia- con un simple y dulce abrazo, junto con dulces palabras y besos en su mejilla. Beomgyu teorizaba que esa era la respuesta, ¿Ser arropado como un bebé? No lo sabía, solo quería saber si Yeonjun era la fórmula para disfrutar de una buena siesta de ocho horas.
Pero se rehusó a volver a despertarlo, no quería molestarlo luego de ese día tan cansado para todos.
El grupo de amigos se había propuesto comprar todo lo que necesitaban para pasar una cena para el famoso "Año nuevo". Beomgyu se encargó de darles la lista de todo lo que necesitarían y ellos habían ido a comprar. Beomgyu solo había estado pasando rato en la orilla de la piscina pensando y disfrutando del repentino y cálido clima -que cada vez se volvía más loco- en el que actualmente vivían.
Y entonces allí se encontró a sí mismo, frente la puerta de la habitación de Soobin a las cuatro en punto de la madrugada.
—¿Beomgyu? —murmuró un Soobin confuso, con el cabello completamente desarreglado y con su rostro levemente hinchado.
—¿Puedo pasar? —Soobin asintió de alguna manera y se abrió paso, cerrando la puerta luego de que Beomgyu entrara a la habitación—. Sé que es muy temprano, realmente no debo de estar aquí pero... Pero no podía dormir.
Soobin talló su párpado cansado con uno de sus puños y bostezó.
—¿Quieres que te entretenga?
—Eso suena feo —respondió Beomgyu encogiéndose de hombros.
Soobin asintió y se volteó, buscando algo en especial con la mirada. Entonces suspiró y soltó su último bostezo.
—¿Quieres jugar un juego de mesa?
Beomgyu solo sonrió y asintió.
Un rato después, Soobin ya se había lavado la cara y se había cepillado los dientes, deportándose por completo y logrando tener un poco de energía para jugar con el menor, esperando ser lo suficientemente aburrido para hacerle dormir.
