Capitulo.4 💙💜

3.2K 417 118
                                    

Chuya le miro algo irritado que él sea el sultán no le daba el derecho de hacer tal cosa, trató de moverse más no pudo,el de menor estatura maldijo en sus adentros y observo al castaño, la mirada de este era muy peculiar, puesto que se notaba una ...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Chuya le miro algo irritado que él sea el sultán no le daba el derecho de hacer tal cosa, trató de moverse más no pudo,el de menor estatura maldijo en sus adentros y observo al castaño, la mirada de este era muy peculiar, puesto que se notaba una soledad.

Chuya se preguntaba ¿cómo alguien que nació y ha vivido en el palacio de las mil maravillas, podía poseer tales ojos?,

Por su lado el castaño se le veía tranquilo a pesar de su mirada, pero teniendo una leve curiosidad por tal persona que tenia adelante, si hubiera sabido que alguien como él existía en el mundo, por primera vez le hubiera gustado quedárselo por avaricia y egoísmo, su primer y real tesoro.

-¿Qué haces en este lugar? Más bien, ¿Eres de aquí? -pregunto el castaño aún observándole-

-¿Te interesa?

-Si no lo hiciera no te estaría preguntando

-Nací aquí, entonces si, soy de aquí. - cerro sus ojos-

-¿Cómo es que nunca te vi?

-No suelo salir en público

-¿Tienes familia?

-No

-¿Qué haces en un lugar así?

-Bueno fue la única manera de sobrevivir en este reino, después de todo, cierto sultán no ayuda en nada - intento darle una patada pero fue detenido-

-No lo hago porque no quiera, realmente no puedo.

-¿No puedes? A la mierda todo eso.

-Bella apariencia, vocabulario horrendo

-¡Déjate de estupideces, por tu culpa la gente tiene que robar y hacer estos trabajos!

El castaño solo suspiró y se acercó al peli naranja, le retiró el velo y le beso, sorprendiendo a este mis, el castaño noto algo, a pesar de ser un chico, sus labios eran suaves y rosados, deliciosos al contacto, su piel era suave de la misma manera, era como probar un néctar prohibido.

Se sonrojó y poco a poco dirigió sus manos hasta las caderas de su acompañante, quien ante el tacto se estremeció, eso le agrado al castaño y continuo disfrutando de esos hermosos labios, hasta que el aire se hizo necesario, cuando dirigió su mirada al peli naranjo este era un gran, pero hermoso desastre, su respiración agitada, su hermoso sonrojo, el cabello esparcido por su rostro y cama, era perfecto a ojos del castaño.

Chuya trataba de controlar su respiración, estaba muy cabreado, aunque no se le notaba, ¿Cómo se atrevía a hacer eso?

Las personas que lo intentaba le había partido la cara antes de que tocaran sus labios, por algo siempre que besaba alguien en su show lo hacía con el velo de por medio, no quería desperdiciar su primer beso, si, porque para él, que no se haga contacto con los labios no es un beso, algo ridículo, pero así eran las cosas para él, Chuya miro por la habitación en busca de su daga, si solo pudiera tomarla le cortaría en trocitos o al menos escapar y cambiar de apariencia, además de librar sus manos.

-¿Qué buscas con urgencia? - alzo una ceja-

-Nada que te importe, imbécil

-Mm con que así serán las cosas...

El castaño busco también con la mirada lo que sea que el peli naranjo quería encontrar con suma urgencia, después de todo si él lo encontraba primero, tal vez así él le tomará la debida atención que se merecía, así que rebusco con la mirada.

Chuya al notar las intenciones de su acompañante, trato de tomar ya el objeto encontrado, pero olvido algo sus manos estaban atadas por lo que no podía alzare o levantarse para tomarla, así que lo único que hizo fue darle la ubicación de lo que buscaba haciendo que su acompañante lo tomará, la daga.

-Me pregunto por qué buscabas algo tan extraño como esto, ¿Planeabas apuñalar me? - dijo mientras tomaba la daga aun sin dejarle mucho movimientos al pelinaranja-

-¡Devuélveme eso ahora mismo!

-¿Por qué es tan importante para ti esta daga?, acaso... ¿Es mágica?

Chuya se quedó callado, no debía decir nada sobre su daga o todos sus esfuerzos por años, se vería arruinada, pero con solo el silencio el castaño logró saber que pasaba.

-Supongo que eres pariente de ese ladrón - examino la daga con detenimiento, ojos se nublaron un poco dejando ver el color rojizo en estos-

-¿Qué?

-Es un traidor que robó algo sumamente valioso para la familia real, una daga con poderes inexplicables, esta daga era la mayor virtud del palacio, pero alguien la robó y no se supo quien era, por lo tanto, la daga se perdió para siempre, aunque si tú la tienes debes de ser descendiente de él o ¿me equivoco?

-No tengo ni mierda de idea de lo que hablas, yo nací aquí, pero nada más, nunca supe quienes eran mis padres, desde que tengo memoria estoy solo, ya te lo había dicho, esa daga la encontré en el desierto, no sé porque nadie la vio, pero yo la tome y fue lo mejor que me paso, así que devuélvemela, no me importa si es parte de tu familia o algo parecido, esa daga me pertenece ahora.

-Esto pertenece al palacio de las mil maravillas, así que no, de hecho... tú también perteneces ahí -se apartó de él y guardo la daga entre sus ropas sin apartar la mirada de su acompañante -

-¿Qué quieres decir con eso? - dijo tratando de pararse-

-Te llevaré al palacio, y serás de mi pertenencia

-¿Perdón?

Chuya ladeo la cabeza tratando de entender que sucedía, cuando lo hizo parpadeo un par de veces, después recordó lo que Atsushi le dijo y maldijo por lo bajo, en esos momentos estaba replanteandose el hecho de hacerle caso a Atsushi en esta vida o tal vez en la otra, aunque siendo sinceros pensaba más en como hacer para que las predicciones sin sentido o desgracias qué el peliblanco decía no se convirtiera en realidad.

Por ahora estaba atrapado sin poder huir, aunque eso no duraría mucho o eso esperaba. El castaño no tardó en llamar algunos guardias qué ya estaban por marcharse y quienes se supone que estaban de guardia, les indico qué se llevarán al menor, los guardias miraron confundidos pero solo callaron y obedecieron, contra las protestas de Chuya

 El castaño no tardó en llamar algunos guardias qué ya estaban por marcharse y quienes se supone que estaban de guardia, les indico qué se llevarán al menor, los guardias miraron confundidos pero solo callaron y obedecieron, contra las protestas d...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Si encuentras alguna falta de ortografía o gramática agradecería que me lo mencionaras en un comentario.

Noches en ArabiaWhere stories live. Discover now