Musa.

8: Angel.

La canción es triste pero el cap es un poco divertido.

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"Pero sé que el tiempo dirá si estamos destinados para esto."-The Weeknd.

...

Felix sólo usaba la motocicleta los fines de semana o cuando iba tarde, también ocasionalmente cuando salía sin Minho porque sólo así tía Charlotte podía calmar sus nervios respecto al vehículo en cuestión.

Pero aquella mañana de miércoles no estaba siendo como las otras y Felix se había visto obligado a usar la motocicleta si de alguna manera quería reunirse con Jinnie en la cafetería antes de irse a clase.

¿El motivo? Minho no se despertó a tiempo; extraño, ¡realmente lo era! Desde que tienen memoria se han levantado al alba para hacer que su día rindiera y no sentir que se quedaron sin tiempo de hacer nada, sus alarmas tenían que estar sonando a las cinco y media en punto para que tuvieran tiempo de ducharse y desayunar antes de irse, sobre todo para que no se pelearan el espejo del baño.

Minho, en esa ocasión y yendo contra todo lo que conocía y sabía, no se despertó en cuanto la alarma sonó sino que la apagó y volvió a dormirse, por primera vez en años sintiéndose agotado después de haber bailado hasta la madrugada a escondidas de tía Charlotte, que si se enteraba seguro le confiscaba las zapatillas; no es como si Charlotte no fuera a matarlo en ese instante que veía a Felix salir por la puerta sin su hermano, pero al menos no sería tan gráfica sobre sus reproches.

O eso le gustaba creer a Felix mientras sacaba la motocicleta de donde la tenía estacionada, poniéndose la chaqueta de cuero obligatoria y los guantes para que las manos no se le engarrotaran del frío, que vaya que le había pasado haciendo que casi se estrellara al no sentirlas. Le mandó un rápido mensaje de texto a Hyunjin, esperando que ya estuviera despierto, antes de maniobrar con el portafolio, habiendo dejado el bolso en el auto de Minho para cuando él condujera a la escuela.

Mientras se montaba en la motocicleta, colocando el casco en su lugar, vio a Sooni recostada en el alfeizar de la ventana, moviendo perezosamente su cola de un lado a otro como un péndulo mientras lo contemplaba con ojos entrecerrados, una mirada somnolienta o juzgadora, con Soonie era difícil saberlo. Felix se despidió de ella sacudiendo la mano, ganándose un maullido de protesta cuando el motor rugió.

Salió despedido por el camino de entrada, sonriendo detrás del casco al sentir el vértigo que le provocaba ver los árboles que lo flaqueaban borrosos, una pared impenetrable con la que podía estrellarse si no tenía cuidado, maniobrando su peso para mover la motocicleta y esquivar algunos baches que el auto de Minho y el de tía Charlotte habían hecho sobre el camino de tierra antes de girar bruscamente y derrapar en el asfalto, haciendo que Felix casi tocara el suelo de lo ladeada que quedó la motocicleta, usando toda la fuerza que tenía para enderezarla y salir disparado hasta convertirse en un borrón plateado surcando las calles.

La sensación que revolvía su estómago en ese instante se asemejaba mucho a lo que sentía cuando bailaba; era una especie de libertad difícil de explicar, como un pájaro al que recién le han abierto la jaula dejándolo volar por su propia cuenta, una sensación burbujeante en su pecho que salía a modo de risa temblorosa mientras mantenía la enorme sonrisa escondida por el casco, convirtiendo el mundo en un lugar oscuro y polarizado, haciendo que Felix se sintiera como Quicksilver (porque Hyunjin le hizo ver en secreto todas las películas de X-Men) corriendo a salvar a todos en la academia, yendo tan rápido que el mundo parecía congelado.

Demasiado pronto llegó a Lotus; el sol pintaba las nubes con sus rayos nacarados dando inicio a otro día de otoño, las hojas eran barridas por la brisa que helaba hasta el alma y los estudiantes comenzaban a ir y venir mezclándose con los trabajadores del turno matutino. Felix se estacionó a un costado de la cafetería, mirando detrás del vidrio polarizado del casco la flor de loto rosada que conformaba el letrero.