Musa.

94: Rude.

Este es un capítulo más relax centrado en el Hyunmin y Changlix, se da el mismo día del cap anterior, pero tenemos la perspectiva de las parejas

Iba a elegir otra canción pero creo que poner esta lo hará un poco más divertido jsjsjs

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"¿Puedo tener a tu hijo por el resto de mi vida?" -MAGIC!

...

A diferencia de Jisung y Jeongin, incluso de Changbin y Chan, Seungmin y Hyunjin vivían a sólo un par de horas de la universidad, pero decidieron pedir residencia en lugar de tener que usar el transporte todo el tiempo. Se podría decir que casi eran vecinos, después de todo se habían encontrado en el café de mascotas al que Hyunjin adoraba llevar a Kkami, actualmente se preguntaba si, de alguna manera, siempre estuvo destinado a conocer a Seungmin, a llegar a ese punto.

Pudo haber sido en secundaria; de camino a casa de sus padres, ambos descubrieron que estudiaron en la misma escuela durante un tiempo, antes de que Charlotte cambiara a los Lee y Hyunjin le suplicara a sus padres que lo cambiaran a la misma escuela, Seungmin aseguró que, de haberlos conocido entonces, habría defendido a Minho y Felix; descubrieron que su heladería favorita era la misma y que siempre fueron al parque a jugar a la misma hora.

Era surrealista y extraño, como si el universo entero tuviera escrito en las estrellas que ellos debían llegar a ese punto, con las manos enlazadas en el transporte de camino a casa de los señores Hwang; cada beso, cada lágrima, cada sonrisa estaba destinada a suceder, y sin importar cuánto tiempo se alejaron, al final habían llegado a donde pertenecían.

— ¿A qué se dedican tus padres?—cuestionó Seungmin en cuanto bajaron del autobús.

Sus manos se mantenían entrelazadas, las mochilas golpeteaban a cada paso en su espalda baja, el calor era tal que Hyunjin su cabello atado en una coleta y Seungmin se cubría del sol con su gorra azul. Lucían como una pareja cualquiera, jugaban a no pisar las líneas del pavimento, se sentían tan felices que todo era irreal.

—Mi mamá es florista—informó el bailarín, sonriendo débilmente—Y mi papá es abogado. No estaba muy feliz con mi elección de carrera.

— ¿Es de ese tipo de padre?—preguntó Seungmin, realmente interesado, comenzando a maquinar estrategias por si el hombre le decía algo.

—No—Hyunjin frunció el ceño, pensativo—Digo, no está feliz con su único hijo estudiando danza, pero aun así siempre está apoyándome—suspiró—Creo que lo hace porque la mamá de Minho y Felix le da miedo.

—Ni siquiera la conozco y hasta yo le tengo miedo.

Ambos se soltaron riendo, la risa de Hyunjin extinguiéndose de a poco en el momento en que llegaron a su edificio, comenzando a sentir su estómago hecho un nudo debido a los nervios que tenía.

No diría que tuvo padres estrictos, como Charlotte lo fue para Minho y Felix, pero tampoco fueron liberales; hubo reglas, claro, pero al final siempre le dieron la libertad de explorar el mundo porque sabían lo que era tener su edad, sabían la curiosidad de Hyunjin y no querían limitarlo. Sin embargo, siempre hubo una piedra en el zapato que no podían deshacer por más que lo agitaran.

Al ser el único hijo, y varón, de su familia, su padre esperaba que él siguiera con el legado de estudiar leyes para que, a la larga, pudiera ocupar su lugar en el bufete de abogados en el que trabajaba actualmente y él pudiera jubilarse. O ese era el plan hasta que Hyunjin se plantó ante sus padres y dijo que quería ir a clases de baile con su prima Yeji.

Cuando el tiempo pasó y notaron que bailar no era sólo un pasatiempo, fue cuando las discusiones comenzaron, pero no con Hyunjin y su padre, sino entre sus propios padres. Su madre se negó a imponerle algo que no le gustaba porque no haría de su hijo un adulto miserable, su padre insistía que estudiar danza no iba a llevarlo a nada porque no tenían las mismas oportunidades que los Lee, fue ahí donde Charlotte se metió y le dijo que en lugar de frustrar a su hijo, mejor moviera cielo, mar y tierra para brindarle todas esas oportunidades.