86: The Cure.

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Podría tatuarme el gif en multimedia y ser feliz toda mi vida

Probablemente suba otro más corto mañana, es sólo que escribí esto a lo largo de la semana jsjs espero que se entiendan mis balbuceos

Como dato innecesario, la canción que baila Minho al principio del capítulo es Midnight Waltz de David Garrett

Por cierto, información totalmente innecesaria pero llegué a los 1k seguidores aquí en wattpad :0 ni yo sé de dónde vrgas salió tanta gente pero -happy noise- Ya es todo, sigan leyendo

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"Y si dices que estás bien, te sanaré de todos modos." -Lady Gaga.

...

Bailar siempre fue algo para él, una forma de brillar ante los ojos de Charlotte, de sentir que tenía algo con su madre. Bailar siempre se sintió satisfactorio, incluso si sólo se dedicaba a repetir coreografías que Charlotte le enseñó desde que aprendió a destrozar sus propias zapatillas.

Incluso ahora, frente a sus compañeros mientras practicaban presentaciones para lo que sería la semana cultural, donde el departamento de artes hace un sinfín de exposiciones y presentaciones, ver bailar a Lee Minho despertaba las más bajas envidias y pasiones en cualquiera que pusiera sus ojos en él.

Podía estar ahí con el rostro cubierto de sudor, cabello empapado cayendo de forma desordenada; lo podías ver en mayas y camiseta holgada, podías verlo como un humano cualquiera y, aun así, pensar que te encuentras ante una obra divina de algo. Era la expresión de su rostro, la fluidez de sus movimientos, la delicadeza con la que hacía girar a su compañera en sus brazos y la miraba con el amor que debería representar en esa pieza.

El resto de las bailarinas envidiaban a Chloe por volver a ser pareja de Minho en la presentación, sintiendo que era injusto que siempre les tocara bailar juntos cuando ellas también querían su oportunidad. Y no era por quitarle mérito a Chloe, pero Minho hacía lucir a cualquier bailarina. Él insistía en que era trabajo de equipo, él se veía bien porque Chloe bailaba bien, sus movimientos se complementaban a la perfección, se entendían cuando había que bailar, así que no era solo él.

El concepto de aquella presentación, un recital escrito por la profesora Hong y producido y coreografiado por la profesora Plisetsky, narraba la historia de unos trágicos amantes (Charlotte arrugó la nariz cuando leyó el concepto), Minho representaba al príncipe de la muerte y Chloe era la vida misma, un amor lejos de perdurar, y en aquel baile tenían que expresar el dolor de un amor imposible.

Delicadeza, suavidad. Minho tomaba a Chloe de la cintura y la alzaba en el aire, la hacía girar en sus brazos, intentaba verla con adoración y sabía que estaba a nada de ser reprendido por la profesora Hong si no ponía más de su parte.

Cuando los demás bailarines se unieron a ellos para acompañar el baile, representando las vidas que cobró con el resentimiento de no poder tenerla, Minho cerró los ojos un momento, en uno de sus giros, y se concentró en la melodía, en su respiración, recordando sus clases de Graham para hacer bien su trabajo. Cuando miró a Chloe, que debía tomar en sus brazos en ese instante e inclinarla, todo lo que pudo ver fue azul, gomosas sonrisas en forma de corazón, pequeña cintura y hombros anchos.

El cambio fue drástico para el ensayo. No habían planeado demasiada coreografía, apenas tenían los primeros tres minutos del primer baile, pero todos notaron el momento en el que Minho cambió el sentimiento porque su pasión fue tal que nadie podía mirar hacia otro lado, veías el dolor de amar a quien no podías tener, saber que sólo conseguías noches robadas, pequeños momentos en el tiempo que parecían insultantes por lo poco que duraban. Porque vieron el momento exacto donde Minho vio con amor absoluto a Chloe y sus corazones se rompieron cuando el dolor de no poder tenerla oscurecía su mirada.

Musa.Where stories live. Discover now