Síndrome de Estocolmo |Jeff The Killer| +18

VII

Tres meses, tres meses pasaron desde que May había sido secuestrada, los contaba en el calendario que le había dado Jeff.

Desde que Jeff había conseguido la consola de videojuegos todo se había vuelto más fácil, Jeff ya no era tan bruto con ella, y no la había vuelto a cortar.

"No te encariñes, May" Toby se encontraba sentado en la cama de la chica, Jeff no estaba en la casa, pues había salido a matar personas. A May realmente ya no le interesaba a quien se suponía que mataba, pues lo único que quería era sobrevivir.

"No me encariñé... Solo digo que Jeff no es tan malo como antes" Explicó. "Ya no me corta, tampoco me trata tan mal..."

"¿Te refieres a desde que te pateó hasta romperte una costilla? Realmente suena como un caballero" Se burló.

"Eso fue mi culpa... Debí haberte echado" Lo excusó la chica.

"Literalmente... Acabas de decir lo mas estúpido que he oído a nadie decir... Y yo he tenido conversaciones con gente como Masky" Volvió a reír.

"Ya..." Miró a otra parte.

"Cuidate May... No le tengas tanta confianza... Jeff no está cuerdo" Insistió.

"Tú tampoco"

"Pero yo soy mas guapo" Se encogió de hombros, May rió y lo empujó divertida. "No querrás empezar una guerra de empujones" Le advirtió.

"No, no, por favor" Lo miró 'aterrada'.

"Te traje algo" Sacó una pequeña bolsa llena con caramelos de su bolsillo.

"¡Oh por Dios! Algo que no es comida casera, dame" Le quitó la bolsa y puso un caramelo en su boca "Como extraño esto... Una vida normal" Se tiró en la cama, mirando al techo. Toby se acostó a su lado, quedando ambos en silencio.

Toby se había vuelto en el único amigo que tenía May, pues era la única persona con la cual podía hablar a parte de Jeff. Cada tanto tenía sus momentos de enloquecer, pero la mayoría del tiempo podían compartir conversaciones normales y profundas. Realmente Toby es lo único que me mantiene cuerda en esta mierda. Pensaba May. Como se escondían de Jeff, la rubia ya no recibía castigos, y por lo menos tenía a alguien con quien bromear un rato, sin que terminará cortandole algo cuando no estuviese de acuerdo con ella.

"¿Cómo es la vida con Slenderman?" Preguntó, girandose para verlo.

"Pues es normal" Contestó aún mirando el techo "Ya sabes, tenemos que matar a quien nos dice, y básicamente hacer lo que nos diga. Pero mi misión es cuidarte, así que no tengo que hacer nada complicado ahora" Se encogió de hombros. May lo miraba sin comentar nada. Un tic movió el cuerpo de Toby.

Se ve tan tranquilo, no es para nada como Jeff, su sonrisa, sus ojos, incluso sus ojeras son hermosas. El cabello del chico se movía a todas partes, para ese punto era casi tan largo como el de May. A diferencia de Jeff, Toby tenía una nariz normal, era algo delicada y poco prominente, iba en perfecta armonía con su cara, la cual parecía completamente inocente mientras que el Sol brillaba sobre ella.

Antes de que pudiese darse cuenta, May se encontraba completamente perdida en la cara de Toby, habiendo dejado de oírlo. El castaño pareció notar esto, pues se giró para mirarla.

El lado izquierdo de su boca estaba abierto, era lo único que a May le incomodaba de la apariencia de Toby, lo único que le recordaba... Que no era humano.

"May" Toby la sacó de su transe "Tengo que irme, Jeff entró a la casa" La rubia asintió y en menos de un segundo, Toby había desaparecido.

Escondió los caramelos bajo la cama, esperando la usual entrada de Jeff a su cuarto. Escuchaba los pasos del pelinegro en la escalera con anticipación.