VIII

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Un par de semanas habían pasado desde el último gran incidente con Jeff, por lo que, tanto May como Toby, se habían vuelto más precauciosos con sus encuentros.

"May, despierta, Jeff se fue" La voz de Toby despertó a la chica.

"¿Qué?" Lo miró confundida.

"¿Qué quieres hacer ahora que estamos solos?" Se notaba la emoción del castaño en su voz, pero May no podía compartirla, no realmente.

"Dormir" Aseguró girando en la cama. "Ven, sé mi oso de peluche" Toby se quitó los zapatos y objetos punzantes que llevaba, para acostarse en la cama con la chica.

"¿De qué quieres hablar?" Preguntó el castaño, May frunció el ceño con los ojos cerrados.

"De lo que quieras... Cuéntame de tu infancia o algo... Algo que no tenga que responder, quiero dormir" Se quejó nuevamente.

"Mi infancia... Yo... No sé si tuve eso" Comentó confundido. ¿No lo recordará? Se preguntó la rubia. Bueno... Fue bastante traumática, tal vez fue un mecanismo de defensa de su cerebro. "Creo... Creo que conocí a Slenderman cuando era pequeño, y desde ahí me convertí en un Proxy, sirviendo a mi jefe" Se encogió de hombros.

"No es verdad. Cuéntame tu infancia real... Con el síndrome de Tourette y la insensibilidad congénita" En el momento en el que las palabras terminaron de salir de su boca, May supo que la había cagado. No creo que recuerde eso... ¿Será que Slenderman se lo borró? ¿Puedo siquiera hablar de esto con él? Si lo hago, ¿Slenderman me matará? "Olvídalo" Se corrigió rápidamente, Toby aún no había contestado.

"May... ¿Qué sabes tú de mí que yo no?" Preguntó con algo de miedo en su voz, como si temiese la respuesta.

"Nada Toby... No sé nada" Contestó aún apoyada en el pecho del castaño.

"NO ES VERDAD, SABES ALGO" Gritó golpeando el colchón y asustando a la rubia. "Me hablaste de mi madre... De que la dejé viva... Sabes cuales son mis síndromes, pero cuando le pregunto a Slenderman porqué, evade el tema" Se levantó, los ojos del chico estaban cubiertos de lágrimas cuando May lo miró por primera vez en la noche.

"Yo... Toby... Cálmate" Le dio una palmadita a la cama, incitandolo a que se siente.

"No quiero calmarme May, ¿Qué mierda sucede? ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Quien es Lyra? ¿Por qué te llamé así cuando te vi por primera vez?" Caminaba nervioso por el cuarto. La rubia se paró, para tomarlo del brazo y que se calmara finalmente.

"Te traeré una taza de té, y hablaremos de tu pasado, y de porqué yo sé de él... Esperame aquí" Abrió la puerta con cuidado, a pesar de saber que Jeff no estaba en la casa, igual temía encontrárselo.

"No, quiero ir contigo" Se apegó a la chica, a quien le causó ternura así que no pudo negarselo.

"Está bien, vamos" Caminaron hacia la cocina en silencio, donde May sacó dos tazas y les sirvió algo de té negro que tenía Jeff.

"¿Estás seguro de que quieres oírlo?" Preguntó la chica con algo de preocupación, no quería que Toby tuviese un ataque de ira y se desquitara con ella.

"Tengo que saber" Insistió.

"Está bien... Primero te diré cómo es que yo sé esto" Tomó un sorbo de té. Demasiado caliente, me quemo. "Tu historia... Es famosa, algo así como una leyenda urbana o una... Una... Creepypasta" El castaño asintió tomando un sorbo de té. ¿COMO PUEDE TOMAR ESTA VERGA TA KE PELA?! "No te la voy a contar con detalles, pues no la recuerdo. Pero hablaba de un chico, tú, que había sufrido un accidente de tránsito con su hermana, Lyra, y estaba volviendo a su casa luego de que ella falleció" May esperó a que asintiera, pero no lo hizo, y para quebrar el silencio incómodo siguió.

Síndrome de Estocolmo |Jeff The Killer| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora