XII

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"Y debo admitirlo" Rió "Nunca pensé que tenías dentro de ti eso" Le sonrió, May lo miraba estática, sin saber que decir o hacer.

"No estoy molesto. Solo... Impresionado" 
¿Realmente la maté yo? ¿De verdad es algo para que esté impresionado? Es decir... Maté a alguien... O eso cree él... No, yo lo hice. Yo la maté. La maté porque se lo merecía. May sonrió.

"Así me gusta, toma responsabilidad. Siéntelo, May. ¿Cómo se siente? ¿Cómo se siente asesinar a alguien?" Rió.

"Se siente... Extraño" Comentó haciendo una mueca, realmente no sabía qué pensar acerca de lo que había hecho.

"Disfrútalo" Se levantó de la cama, poniéndose algo de ropa en la parte baja.

"¿A donde vas?" Preguntó algo preocupada, no quería que trajera a alguien más a la casa.

"Al baño, tranquilizate" Se burló, caminando hacia el baño de su cuarto.

No puedo creer lo calmado que está... Tal vez esto significa que podremos estar felices lo dos, bueno... Los tres... Sonrió, acariciando levemente su vientre. Creo que podríamos hacerlo funcionar. Miró al techo.

El frío del metal se hizo presente en el cuello de la chica con la rapidez de un relámpago cayendo en una tormenta. Toby se encontraba sobre ella, con su hacha en el cuello.

"Me traicionaste" Lágrimas caían de sus ojos en la almohada de la chica, quien lo miraba completamente aterrada.

"¿Traicionarte?" La voz de Jeff volvió al cuarto, May lo miró, esperando que la sacara de la situación en la que estaba.

"¿Acaso te acostaste con este sirviente?" Se burló. "¿Tan desesperada estuviste cuando te dejé de follar?" Rió, acercándose a Toby con su cuchillo en mano "Muévete, abominación" La rubia sintió que su alma volvía a su cuerpo en el momento en el que el castaño retiró su hacha de su cuello.

"¿De verdad pensaste que podías acostarte con ambos? ¿Creíste que no me enteraría?" El cuchillo de Jeff se acercó al abdomen de la chica.

"Tal vez tenga que darte una lección... Ya que tanto juras que estás embarazada... Puede que te apuñale y veamos si hay o no un bebé ahí..." su cuchillo perforó levemente la piel de la chica, que lloraba con desesperación, mirando a ambos chicos, con la esperanza de que alguno la ayudara. "Pero perdería mi juguete si te asesinara... Realmente es divertido estar contigo May... Aun sientes el mismo miedo que al inicio... Y el hecho de que estés perdiendo la cabeza..." Acercó el cuchillo a su cara, lamiendo la sangre de la chica, y luego acercándose al rostro aterrado de la rubia. "Me encanta" Rió alejándose de ella, quién lloraba desconsoladamente y miró a Toby. "Sin embargo... Si es que de verdad estás embarazada, y es de esa cosa..."Lo señaló con el cuchillo. "Me temo que tenemos que arreglarlo..."

¿A qué se refiere? ¿Quiere hacer una prueba de ADN? Pero si no me creía... ¿Por qué se la nada está convencido de que es verdad? ¿Me veré gorda?

"May, levántate" La voz de Jeff fue como si un titiritero moviese los hilos, tan pronto oírla, la rubia salió de la cama y se paró frente a él, sus piernas temblando. "Tú sabes que eres mi juguete favorito" Acarició la cara de la chica con una sonrisa tierna, que la tranquilizó bastante. "Pero me traicionaste" Su cara cambió, volviéndose completamente oscura y como si no tuviese sentimiento alguno.

La tiró al suelo y se colocó encima, mirándola molesto "Sé que lo que estoy a punto de hacer te traerá recuerdos... Eso no significa que nuestra relación será como antes. Solo que mereces morir" Rió, clavando su cuchillo en el brazo de la chica. Esta vez no era solo una cortada, no era un simple rasguño, tampoco parecía poderse arreglar con puntos. Había llegado al musculo. Era el dolor más grande que la chica jamás había sentido, pero no había terminado.

Mientras se retorcía de dolor en el suelo, Jeff ya se había parado, y con una sonrisa siniestra, comenzó a patear su abdomen con incluso más fuerza que antes.

Ya se va a terminar, ya volverás a la cama, ya terminará, ya terminará, ya terminará. Su mente no dejaba de repetir con cada patada del pelinegro, Toby se mantenía parado en una de las esquinas del cuarto, mirando a May, la vista de la chica se nublaba, estaba sintiendo tanto dolor que se estaba por desmayar.

Al despertar ya no se encontraba en el cuarto de Jeff, sino en su propio cuarto, sobre su cama. Su brazo, aunque sentía un dolor agudo, estaba vendado, lo mas preocupante era la mancha de sangre que había en su cama. Su abdomen le dolía, hasta el punto que la chica pensaba que iba a morir, corrió al baño, su ropa estaba cubierta de sangre y sentía como más caía en el inodoro. Grumos caían.

Perdí a mi bebé. Comenzó a llorar la chica, gritaba en una mezcla de dolor y tristeza, sin poder creer lo que estaba sucediendo. Mi hijo, mi hijo. Su mente no podía razonar lo que estaba pasando.

"Cállate May" Entró Jeff molesto al cuarto, pero su expresión cambió al ver a la rubia llorando, mientras que su ropa y cama estaban cubiertas de sangre. "¿A quién mataste?" Preguntó con una sonrisa.

"Tú" Gritó entre sollozos "Tú mataste a nuestro hijo" El pelinegro rió.

"Por supuesto que no... Tú lo hiciste, por meterte con ese fenómeno de Slenderman" Se burló, saliendo del cuarto de la chica.

La rubia seguía llorando, sin realmente poder levantarse del inodoro, pues la sangre y sus cúmulos seguían cayendo.

Se murió, lo único por lo que estaba viva... Lo maté... Es todo mi culpa... No debí meterme con Jeff, o debí alejar a Toby. ¿Por qué soy tan estúpida? ¿Por qué sigo haciendo todo mal? Merecía morir yo... No él.

Síndrome de Estocolmo |Jeff The Killer| +18Where stories live. Discover now