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"Quédate quieta" Murmuró Toby, metiendo su miembro en la vagina de la chica, quien soltó un par de lágrimas al sentir como entraba por su vagina sin lubricar.

¿Por qué? ¿Qué fue lo que salió tan mal? ¿Por qué siempre a mí? ¿De verdad me está pasando de nuevo esto? Las embestidas del chico se hacían más fuertes mientras May lloraba en la cama.

Quería gritar, pedir ayuda, pero Jeff no estaba en la casa y no había nadie kilómetros a la redonda.

Pero... ¿Qué había sucedido para que esto pasara?

Semanas atrás May y Toby habían tenido su primera vez, la cual, luego de esta, todo había ido normal. Hasta la segunda vez.

El castaño comenzó a pedirle cosas extrañas a la chica, como que se quedara quieta y cerrara los ojos, luego que actuara como muerta, luego si podía cortarla... Y cada vez que lo hacían las cosas iban escalando... Hasta el punto en el que estaban ahora.

Era la segunda vez que Toby había comenzado a violarla mientras dormía, insistiendo en que la chica se quedara quieta y callada. Un par de veces había rogado ponerle su nombre en el cuerpo, pues la cicatriz de Jeff aún era visible, pero May se había negado con miedo a que el pelinegro la viera.

Finalmente, Toby se vino, acostandose en la cama mientras su pecho subía y bajaba, su vista perdida en el techo.

"Toby" Titubeó la chica, ya no aguantaba más, pero no quería que Toby la asesinara y violara su cuerpo.

"Fue genial ¿No?" Sonrió, girandose para verla mejor. "¿Te he dicho lo hermosa que eres?" May sintió el color subir a sus mejillas. ¿Por qué no puede ser siempre así?

"Creo que esto no está funcionando" Habló de corrido, como si estuviese vomitando las palabras más que diciendolas.

"¿A qué te refieres?" Preguntó confundido.

"A nosotros Toby, nosotros no funcionamos" La mirada del chico se oscureció de un momento a otro, May temió por su vida, alejándose del castaño levemente.

"¿A qué te refieres?" Rió incrédulo. "Nuestra relación es perfecta... Yo te quiero mucho" May sonrió aterrada, cuando estaba con Toby, él no se enojaba, y si lo llegaba a hacer, ella podía controlarlo. Pero no con algo así.

"No Toby... Me... Me estas violando mientras duermo" Lágrimas comenzaron a rodar por los cachetes de la chica, mojando las sábanas en las que estaban acostados.

"¿Violarte? Yo no hago eso... Solo tenemos sexo... Te gusta... Lo disfrutas... Al igual que yo" Rió nuevamente, sin poder entender lo que la chica le decía.

"Toby... No lo disfruto, no me gusta que me cortes, ni que me metas tu pene cuando duermo, tampoco me gusta fingir que estoy muerta, ni mucho menos me gusta la idea de que quieras dejar tu marca en mí" Explicó molesta, aunque no quería enojarse con el castaño, realmente no comprendía qué era lo que él chico pensaba normal en lo que estaba haciendo.

"Pensé que te gustaba... Que la pasabas bien conmigo... Que nos divertíamos" May negó mirando a otra parte, no quería ver la cara del chico ahora, pues le causaba pena tener que hacer lo que estaba haciendo. Toby había sido su único amigo y su único apoyo durante todo ese tiempo y no quería separarse de él.

"Cambiaré" Tomó sus manos y la miró, un brillo en los ojos. "Te lo prometo, seré mejor, dame una última oportunidad, prometo que no haré nada que te moleste" Sus ojos se encontraban completamente cristalizados, y en su cara prácticamente se podía leer la palabra arrepentimiento.

"Está bien" Accedió la chica "Pero no quiero volver a hacer nada raro... Solo... Quiero una relación normal" Toby asintió y la abrazó.

Antes de darse cuenta, estaba dormida de nuevo en su pecho.

"Despierta May" La voz de Jeff se hizo presente, y al despertar lo vio a él, cubierto nuevamente de sangre.

"¿Qué sucede? ¿Te lastimaste?" Se paró a buscar el botiquín, tomando la aguja e hilo antes de que el chico siquiera pudiese contestar.

"No me lastimé... Pero tengo un problema" La rubia lo miró confundida. "Yo... Amm... Secuestré a alguien más" May lo observó, completamente confundida sobre por qué necesitaba a otra persona.

"Jeff... ¿Por qué?" Fue lo único que logró decir, quería contarle del embarazo, quería pensar que no la mataría. ¿Me matará? ¿Acaso ya no me necesita?.

"Es que... Tú... Ya no puedo tratarte como al inicio... Me gusta jugar videojuegos contigo... Pero después de todas las veces que me engañaste..." La rubia lo miró confundida.

"Yo no te engañe... ¡Ben y Toby aparecen en la casa!" Exclamó "No puede ser que me vayas a abandonar ahora... Que me vayas a dejar por esa.... Esa... ¡Puta! ¡Y con un puto bebé en camino! No puedo creer que me hagas esto" La rubia estaba completamente ida, Jeff la miraba de lado a lado.

"¿Un bebé en camino?" Preguntó incrédulo.

"Sí..." Habló avergonzada, no era para nada la forma en la que había planeado contárselo al chico. "Yo... Creo que tiene como dos o tres meses... No sabía cómo decírtelo, quería hacerlo un día que estuviese calmado... Pero últimamente parecías siempre molesto" Su cabeza estaba baja, esperando un grito, un reproche, por parte del pelinegro.

"No tiene sentido" Comentó completamente asombrado, se acercó rápidamente a la chica y puso su oreja en la panza de esta, que lo miró extraño.

"No vas a oír nada... No eres un ultrasonido" Lo miró irritada.

"¿Cómo se supone que compruebe si esto es real?" Preguntó señalando su panza.

"Ammm... Con un test de embarazo" Se encogió de hombros "Pero lo estoy... Yo sé que sí... Estuve vomitando, mi regla no me baja, y bueno... Estoy rara".

"¿Rara cómo?"

"Ya sabes, con antojos..."

"Oh... Esta bien, buscaré una prueba de embarazo entonces" Se estaba por ir por la puerta cuando May lo detuvo.

"¿Qué era lo que pasaba con la chica que habías secuestrado?" Jeff la miró por unos segundos, sin comprender a qué se refería.

"Toma el botiquín, vamos" Comenzó a correr por las escaleras hasta llegar fuera de la casa. Bajaron por la trampilla del sótano, donde May sintió su estómago revolverse.

Recordó sus primeras semanas en la casa, las violaciones constantes, los cortes por todas partes, los puntos, hacer necesidades en un balde... Estar tan sucia que las moscas pensaban que era un animal muerto.

Entonces la vio, una chica de cabello castaño claro, tirada en el suelo sobre un gran charco de sangre.

"¿La mataste?" Preguntó aterrorizada.

"No" Contestó seguro "No creo" Toda la seguridad inicial se había ido. Mierda, mierda, mierda.

"Bueno, chequea su pulso" La incitó a caminar.

"¿Yo?" Lo miró confundida.

"Chequea su maldito pulso o te morirás tú aquí también"

"¿No era que no estaba muerta?"

"CIERRA LA BOCA Y HAS LO QUE TE DIGO MIERDA" La rubia se acercó a la chica temblando del terror y tocó su brazo.

Tenía pulso.

"Está viva" Comentó mientras que la levantaba levemente para ver de donde estaba saliendo la sangre.

Tenía una gran herida en la espalda, como si la hubiesen apuñalado "Traeme el botiquín Jeff, ¡Ya!" Gritó desesperada.

Como pudo cosió la herida de la chica, rezandole a Dios que se pudiese salvar.

Síndrome de Estocolmo |Jeff The Killer| +18Where stories live. Discover now