¿¡Qué estás pensando, Lan Zhan!?

C2: Vinagre Inexplicado (Parte Dos)

◦•●◉✿ - ✿◉●•◦

"¿Dónde estabas ayer?" Jiang Cheng se acercó a él mientras se encontraban para la primera clase, no hubo un castigo porque Wangji se fue corriendo luego de atacarlo. ¿Sabes lo preocupado que estabas? Regresaste todo despeinado y sudado, cualquiera que te viera pensaría lo peor. ¿O fue así? ¡¿Fue así?! ¡¿Con que señorita estuviste anoche?!

Evitó pronunciar las palabras, las paredes tienen oídos, y gritar eso no sería muy sensato. 

"¡Jiang Cheng!" dando pequeños saltos, trató de mostrarle que todo lo que pensaba era mentira. "¡No pasó nada de eso! ¿Por qué no me crees? ¡Me estás calumniando!" Yanli estaba ocupada con otras discípulas, así que no podía acompañarlos al salón. Mientras hacía pucheros que sacaron una mueca de asco del contrario alguien apareció detrás de ellos, de una manera tan sigilosa que no supieron que estaba cerca hasta que habló. 

"¿Calumniando?"

Ahogando un grito, pasó toda su atención al joven recién llegado. Era Nie Huaisang, alguien que se había presentado al verlos. Mirándolo de forma suplicante, ignoró que su mente era tan confusa que no podía escucharla. 

"¡Nie-Xiong! ¡Dile a Jiang Cheng que lo que dice es mentira!" 

"¿Qué es mentira?"

"Lo de la no-" No logró terminar antes de ser callado bruscamente por Jiang Cheng. !!!!! "MhMn, ¡MHnnkh!"

"¡Cállate imbécil! ¡Si sigues hablando vas a perder más cara!" batallaron un rato más, uno con la boca en la mano del otro, y otro tratando de zafarse de su agarre. Huaisang los observó, fijando su vista en uno. Así caminaron hasta llegar al lugar indicado. "Ya comenzarán las clases, Wei-Xiong, Jiang-Xiong..."

En una sonrisa suave, cubierta por un abanico, les dio una mirada rápida e ingresó al salón. Detuvieron la pelea, arreglando su ropa y señalando la contraria. Al verse presentables, frunció el ceño, amenazándolo. Continuaremos más tarde. Y más te vale tener una explicación. 

Sonriendo, mientras lo seguía de cerca, entró igualmente. Más, al dar un paso, una presión vino de frente. Sintió el suelo temblar, como si pisadas se acercaran, pisadas de alguien que podría engullirlo al instante. Una mano enorme aplastó su cabeza, queriendo arrancarla de sus hombros. Al culminar la sensación, un sentimiento de vacío recorrió su cuerpo.  

¿Qué pasó? ¿Qué fue eso? Se sintió demasiado real. Miró a su alrededor, sin encontrar el motivo de esa alucinación. Al tratar de recordar lo sucedido, los mareos lo atacaron. Retrocediendo, se apoyó de Jiang Cheng al sentirse caer. 

"¡Oye!" Al ver que su rostro estaba pálido, detuvo la reprimenda y preguntó preocupado. "¿Estás bien? ¿Qué te pasa?" 

"Nada, nada, sólo me sentí mareado." Lo cual no era mentira, no sabía que sucedía en realidad. Miró a Jiang Cheng esperando una respuesta. "¿Por qué me miras así?"

"¿En serio estás bien?" A la afirmación contraria, se apuraron en ingresar y sentarse en los asientos designados. Apoyó su cabeza en su mano libre, con la otra le enrollaba su cabello, mirando alrededor. 

Las presentaciones comenzaron, con dos personas levantándose, con un objeto en las manos. El joven con el abanico y una pequeña persona detrás de él. Se presentaron y dieron sus respetos. Llevaban una caja como presente, decían algo de que el objeto dentro era algo precioso y otras cosas que ni escuchó, ni logró escuchar ya que cuando se abrió la cubierta, un dolor de cabeza comenzó. 

Gritos se escucharon en su cabeza, confundiéndola al punto de no saber que sucedía a su alrededor, trató de pedir ayuda, pero sólo podía lanzar quejidos leves mientras cubría sus oídos, en un intento vano de calmar las voces. Cayó al suelo, sudando y sollozando, no logró escuchar cómo llamaban su nombre ni cómo el joven de ojos dorados lo sostenía con fuerza, un color brillante en preocupación fue lo último que recordaba de ese día.