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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

"¡GAH!"

Izuku cayó sobre sus rodillas mientras gotas de sudor surcaban su rostro cayéndose en el suelo.

Sus pulmones en estos momentos anhelaban oxígeno para que pudiera llevarse a cambio el intercambio gaseoso, pero parecía no llegar.

Goku detuvo sus pasos al ver aquello, con una sonrisa negó, se acercó a su amigo y le tendió una mano para que Izuku pudiera levantarse.

El azabache vestía un chándal azul marino con sus botas de combate, Mei había dicho que era hora de lavar su dogi debido a que olía fatal.

Un chibi Goku se negó a abandonar su dogi, Mei tuvo que chantajearle que si no lo hacía le dejaría dos días sin comida, no tuvo de otra que aceptar.

"Mei porqué... no, no es momento de pensar en eso"- se dijo el azabache negando, recordar aquello en estos momentos no era necesario.

La convivencia con Melissa estos días fue bastante buena, resultaba muy simpática y además les ayudaba con las tareas de casa.

-Gra-gracias Goku -Izuku aceptó aquella mano mientras se levantaba, al hacerlo tomó la toalla que tenía alrededor del cuello y se limpió el sudor que seguía deslizándose a lo largo de su rostro.

Había transcurrido una semana desde que Goku se comprometió a ayudar a Izuku con sus entrenamientos, todos los días le iba a buscar en su casa luego de que él saliera de sus clases.

Hacían cien abdominales, cien flexiones y cien sentadillas, Goku estaba acostumbrado así que lo hacía con bastante facilidad pero a Izuku le costó lo suyo adaptarse, pudo hacerlo en parte gracias a que estuvo meses moviendo cajas en la playa.

Después de hacer todos aquellos ejercicios salían a correr diez kilómetros, completando así el plan de entrenamientos diarios que tenían.

Izuku llegaba todo molido a casa y por la noche tenía que hacer los deberes, su madre preocupada por ello le sugería ir más despacio pero Izuku no quería decepcionar a Goku ni a All Might porque ambos confiaban en su progreso.

El peliverde sabía que no existía punto de comparación entre el entrenamiento que le hizo hacer All Might estos meses con el que le estaba haciendo Goku o como lo llamaba " el infierno".

Pero a pesar de todo sabía que todo era por su bien y por cumplir su sueño de ser el mejor héroe de todos, Goku le ayudaba para que cuando Izuku dominara el One For All ambos pelearan en serio.

All Might estaba contento con el desempeño de su sucesor, bien sabía que el peliverde había alcanzado la siguiente etapa del entrenamiento físico así que era hora de ir a la siguiente fase.

Goku también estaba contento y de paso entrenaba a su vez ya que estos meses se había descuidado, el enfrentamiento contra All Might le hizo saber que este mundo aguardaba sorpresas y él debía estar más que listo para recibirlas.

-Realmente es una suerte que hoy sea sábado, por lo menos no tengo escuela... -comentó el peliverde soltando un suspiro mientras bajaba sus hombros, la escuela era muy fastidiosa.

TravesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora