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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Uraraka caminaba lentamente hacia el banco en que estaba sentado el pelinegro disfrutando de su pequeño tiempo de descanso. Sus facciones irradiaban un aire de sumo pesar y abatimiento.

-¡Hola Uraraka! -saludó el pelinegro con alegría, como de costumbre. Uraraka y Goku solían charlar de vez en cuando, pero ninguna de sus conversaciones solía durar más de un minuto.

-Hola... Goku -murmuró la castaña sentándose mientras recostaba la mejilla sobre su puño izquierdo. Uraraka alzó la vista y vio a Goku con el casco que le habia dado la constructora para trabajar y soltó una pequeña carcajada.

Goku vestía un chaleco naranja con llenas negras junto a unos vaqueros y unos zapatos. El casco ocultaba su puntiagudo cabello y le otorgaba un aire lleno de enigmas.

Mei tuvo que convencerle para que dejara de lado su dogi naranja, al menos cuando estaba de trabajo. Goku con lágrimas en sus ojos dejó su dogi y cambió su indumentaria.

-¿Qué *munch* ocurre Uraraka? -preguntó el pelinegro al ver el rostro de la joven, mientras comía un bocadillo de carne que le había preparado Mei esta mañana antes de irse al trabajo.

Uraraka vio la sonrisa que le regalaba el chico de cabello azabache y se armó de valor.

No conocía demasiado al trabajador de su padre pero una cosa en su interior le decía que podía confiar en él y contarle el pensamiento que habia invadido su mente en los últimos días.

Además, por lo que había visto, el chico era bastante agradable y simpático, así que no perdía nada hablando con él.

-Verás... ¿Sabes? Quería ser una heroína -mencionó Uraraka apretando sus puños, mirando fijamente los ojos ónix del azabache.

-¡Es genial Uraraka! -mencionó Goku alegremente enseñándole el pulgar a la muchacha- entonces debes ser muy fuerte jejeje -añadió sintiendo un deje de emoción.

-¡B-bueno Goku-san! -exclamó Uraraka levemente ruborizada ante el halago hecho por Goku- Quería ser una heroína para ayudar a mis padres -agregó recordando algunos sucesos con tristeza.

-¿Ayudar a tus padres? -preguntó Goku inocentemente, ignorando los motivos por los cuales Uraraka decidió ser una heroína.

"Recuerda Ochako, hagas lo que hagas siempre estaré orgulloso de ti, hija mía. Eres mi pequeña y eso no cambiará jamás"-.

Uraraka recordó el momento en que le comentó a su padre que quería convertirse una heroína para ayudarles a afrontar la pésima situación económica que atravesaba la familia.

Sin embargo, la incorporación de Goku cambió muchas cosas, principalmente la situación financiera de la familia. Los ingresos semanales habían aumentado y ya no pasaban por apuros económicos como hacía unos meses atrás.

Si bien Uraraka estaba feliz por ese motivo ahora los planes que tenía de cara al futuro habían cambiado enormemente.

Uraraka no sabía qué hacer. Había terminado la secundaria y ya se había inscrito en la academia Yūei como estudiante en el curso de héroes.

Sin embargo, su motivación para ser heroína no era otra que ayudar a su familia, pero ahora que prácticamente su familia tenía una situación estable, ¿debería ser una heroína? En caso negativo, ¿qué haría con su vida?

Aquellos pensamientos nublaban la mente de Uraraka. Ser o no una heroína es algo que podía decidir, aún estaba a tiempo de escoger la decisión más adecuada.

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