Capítulo 23^

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Vanessa

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Vanessa

¿Masturbar a alguien cuenta como infidelidad?

Resoplo mientras observo la ropa en la maleta, por fin podré volver a casa, hay tanto que deseo contarle a Anna, siento que estos días han sido eternos, aun recuerdo claro y conciso como sostuve su miembro y lo moví detrás de mi con todos ellos justo frente a nosotros, fue divertido, excitante y estúpido.

Su hermana, primo y esposa estaban justo allí por Dios Vanessa.

Me lanzo de espaldas sobre la cama.

Quiero tener sexo.

—¿Puedo pasar?

Me levanto al verla entrar antes de preguntar con dos tazas en mano.

—Claro—me muevo a un lado de la cama aceptando la taza con chocolate.

—Espero te guste—cuenta tomando asiento a mi lado.

Asiento sin entender muy bien que sucede, ¿Qué hace aquí? sé que pidió hablar conmigo pero aun así es extraño que venga hasta aquí.

Según entiendo todos aquí tienen algún problema con Pitt, lo que no me resulta del todo incomprensible después de todo es un idiota total.

—¿Y cómo te sientes?—inquiere viendo la ropa en la maleta—ya veo que estás lista, me hubiera gustado se quedaran más tiempo—continúa hablando y viéndola bien debe tener casi unos setenta años.

—He extrañado mucho mi gente—confieso colocando la taza sobre la mesita al lado de la cama, el chocolate huele rico pero prefiero evitar algún nuevo incidente como el de ayer.

—Te comprendo, debe ser muy difícil para ti y reconozco que mi nieto hace que nada sea fácil—resopla antes de llevar la taza marrón a su boca.

—Creo que ya me estoy acostumbrando—le regalo una sonrisa sincera.

Ella bufea y yo echo un vistazo hacia la puerta la cual espero alguien abra rápidamente.

—A veces acostumbrarse o adaptarse no es suficiente—voltea a verme tomando mi mano y puedo notar el color carmesí de sus uñas—ya estoy muy vieja para esto—sonríe sin mostrarme los dientes—pronto volveremos a vernos—da varios toques sobre mi mano y se levanta viendo a la taza que deje sobre la mesa.

Que mujer más extraña, quien le dijo que quería volver a verla, lo único que deseo es volver a mi cama y pasar horas leyendo.

La puerta se cierra tras su salida.

Me pongo de pie tratando de no apoyar la herida, al menos es el izquierdo, no creo que hubiese podido mantener mucho el equilibrio si hubiera sido el derecho, es que quien se pone a beber y lanza las botellas en lugares oscuros, o mejor, a quien se le ocurre quedarse descalza en un pasadizo secreto.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora