Capítulo 28^

6K 411 102
                                    

Vanessa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Vanessa

Es raro estar en otro piso que no me corresponda, este se diferencia mucho a mi espacio de trabajo, hay varias plantas en el pasillo, cuadros sobre las paredes y no es tan frío y silencioso, entro a la oficina y tomo asiento quedando a la espera de que llegue, la chica que la asiste me dejó pasar diciendo que pronto estaría aquí.

Veo a la rubia entrar en total silencio abriendo su computador y tomando asiento frente a mi, su cara expresa molestia, pero lo que no entiendo es el por qué me pidió venir si pretendía ignorar mi presencia como lo hace justo ahora.

Carraspeo y ella eleva un poco la vista.

—Vanessa—dice con desdén viendo su computador.

—¿Si?

—Conoces las reglas de la empresa, supongo.

No entiendo a que se refiere.

—¿Sucede algo?

—Diré esto solo una vez—cierra el computador—las relaciones personales están totalmente prohibidas en esta empresa, no tolerare el quebranto de ninguna normal y menos de parte de una simple secretaria.

Sus palabras me golpean sin parar y mi mente no deja de maquinar de que diablos habla, si se refiere a su hermano no hay nada entre nosotros y no veo forma de que pueda saber lo que pasó.

—¿Te ha quedado claro?—cruza sus manos dejándolas descansar sobre la mesa que nos separa.

—Lo siento Lisa, pero no sé de que hablas, no he irrumpido en nada así que creo es un mal entendido.

—No existen los malos entendidos Vanessa.

—Este parece ser uno—frunzo el ceño—aún no sé...

—Los hombres son como hormigas, sienten algo dulce cerca y todos van por montones sobre ello, desde Islandia he estado viendo un comportamiento en ti que no es de mi agrado.

—¿Y por qué debería serlo?

Guarda silencio.

—Entiendo tu posición pero yo trabajo exclusivamente para Pitt, si hay alguna queja por mi trabajo la recibiré con gusto de su parte, de otro modo discúlpame pero no creo que deba estar aquí más tiempo—me pongo de pies.

—Siéntate Vanessa, aún no he terminado—sus ojos me ven con recelo.

Permanezco de pie observando su cambio drástico de actitud entre hoy y los últimos días.

—Seamos claras—pido—¿qué es lo que te molesta?

En esta empresa solo tengo contacto con pocos hombres.

—¿Es por Bean?

—¿Qué tendría que ver él en esto?—pregunta con desdén desconociendo que ya lo sé—¿o es que acaso te gusta mi primo?

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora