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Mientras estaba "observando" desde lejos a TN y a Masky manteniendo una divertida conversación, ajusté mi corbata, incómodo, había una sensación extraña de nervios e ira que empezó a crecer en mi interior al ver reír a TN con mi proxy, algo en mí no quería que estuviera él cerca de ella. Le resté importancia; aunque, mis tentáculos ya estaban en guardia a los lados de mi anatomía, listos para atacar en cuanto yo arrugara el entrecejo.
Me relajé, apagué esa furia de mi cuerpo solo un poco, y entré en la cocina, buscando perder de vista a ese par. Hacía unas semanas que inicié una especie de relación cercana con TN, ella lo llama "ser novios". Jamás me vi necesitado de este tipo de cosas, amor, cursiladas y cosas relacionadas con eso no van conmigo; pero, ella llamó demasiado mi atención cuando la conocí... Una buena chica; la niña de papá, me atrevería a decir, que no sería capaz de dañar ni a una mosca; graciosa cual cómico de escenario, y cariñosa como una madre. Cuando me hacía rabiar, sabía esquivar algún movimiento brusco de mis tentáculos incontrolables. No creo sentir nada más por ella que cariño, pero no admito ni consiento que bese ni abrace a alguien que no sea yo.
Escuché las voces de esos dos en el pasillo. Agucé mi oído y entendí algo de que Masky se iría con Hoodie y que después se vería con ella. Apreté mi mandíbula inconscientemente. Se abrazaron y Tim desapareció escaleras arriba. Volví mi "mirada" a la taza de café que estaba preparando, fingiendo no haberme fijado en nada cuando TN entró.
-- Hola, Slender. -- Saludó. Imaginé que me iba a dar un beso en la mejilla como cada mañana; pero, no lo hizo. Eso me molestó. -- En la tarde voy a salir a dar una vuelta con Tim. -- Informó. Apreté mis puños en respuesta. Esta tarde pensaba ir yo con ella a pasear por el bosque.
-- No necesito que me cuentes todo lo que vas a hacer. -- Solté frío. Estaba enojado y no pretendí ocultarlo.
-- Bueno... Perdón. -- Se disculpó, confusa. -- ¿Pasa algo? -- Acarició mi espalda, aparentemente preocupada por mi actitud.
-- No. ¿Por qué? -- Ni si quiera me molesté en mover mi "rostro" en su dirección, preferí mantener toda mi atención en lo que sería mi desayuno.
-- Pareces molesto.
-- No lo estoy, así soy siempre.
No pareció estar satisfecha con mi contestación.
-- Slender, mírame. -- Pidió, cambiando su tono de voz preocupado a uno más serio. No le hice caso.
-- Que no me pasa nada, te he dicho, no insistas.
Agarró los pliegues de mi americana negra y tiró de ellos para obligarme a hacer contacto "visual" con ella. Suspiré y alejé mis manos de la taza.
-- Cuando éramos amigos me contabas todo... ¿Recuerdas? Ahora me ocultas cosas. Te conozco más de lo que piensas, y sé que tienes algo. -- Argumentó.
-- Mi única intención cuando éramos amigos era cautivarte y conseguir tu confianza para traerte. Tu error fue idealizarme. Ahora suéltame porque esta conversación es innecesaria. -- Agarré sus muñecas y alejé sus manos de mi traje.
-- Pero... -- Quiso objetar, pero le corté. No quería hablar más sobre el tema.
-- Si me disculpas, quiero tomarme una taza de café y me gustaría disfrutarla en tranquilidad. Si solo estás aquí para reclamarme cosas, puedes irte por donde has venido, te lo agadecería. -- Le solté. Creí que se iría, pero su cabezonería no se lo permitió.
-- ¿Puedo al menos darte el beso de buenos días?
-- Dáselo a Tim, a mí déjame en paz. -- Me senté en la mesa, sin dirigirle una palabra más. Se quedó unos segundos callada, analizando mis palabras y preguntándose por qué dije lo que dije, hasta que pareció dar con el resultado.
-- Ah... Entonces es eso... Estás celoso.
Tomé un poco de mi bebida y no respondí.
-- ¿El grandísimo Slenderman está celoso? -- Escuché sus pasos acercándose. Tiempo después, posó una de sus manos en mi hombro, y en el otro posó su barbilla.
-- Bobadas. -- Contradije.
-- El bobo aquí eres tú. -- Ella rió un poco y yo gruñí. Si me ponía celoso era por una razón, ¿cómo osaba llamarme idiota? -- Ni si quiera sé cómo eres capaz de pensar que alguien te puede superar. -- Besó mi mejilla con suavidad y después susurró en mi oído. -- Jamás querré a alguien tanto como te quiero a ti, Slender. -- Se alejó. -- Y eso lo sabes dd sobra. -- Abandonó la cocina poco después, dejándome con un sentimiento de... bienestar.
