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Frunzo el ceño. ¿Que es ese olor? Ni si quiera es por la mañana, la habitación está sumergida en una oscuridad casi completa y la casa encierra un silencio demasiado absoluto. Mi atención solo se concentra en ese invasibo olor; no es el de mi acompañante, tampoco viene de fuera y mucho menos me pertenece a mí. Su suave aroma a hierro me dio una pista. Sangre.
Pensé en la posibilidad de ella pudiese haberse hecho daño a sí misma sin querer víctima de una pesadilla, pero el olor era fuerte, había más sangre que la que podría brotar de un rasguño. Decidido a resolver mi duda me muevo para encender la lámpara, estoy convencido de que su tenue luz no va a despertarla.
La veo. Está cubierta por las sábanas, tiene sus ojos cerrados, su rostro busca refugio bajo las sábanas, sé que está en posición fetal. No quiero despertarla, pero necesito comprobar lo que pasa; así que le quito las sábanas de encima poco a poco. Está todo bien, hasta que llego a la zona de su pelvis y caigo finalmente. Su periodo. Tenía que habérmelo imaginado.
Su pantalón de pijama cuadriculado estaba teñido de un color vino y la sangre había pasado a la funda del colchón. Pienso en pasar del tema, apagar la luz y seguir descansando en mi cómodo y limpio lado de la cama, pero a la vez sé que no me voy a quedar tranquilo, tenía que cambiarle la ropa; ella siempre intenta controlar su periodo para evitar cualquier inesperada mancha en la ropa o una vergonzosa situación, pero parece que esta vez se le escapó de las manos.
Me levanto de la cama dispuesto a ir al baño a por toallitas sin alcohol, y quizás hice demasiado ruido porque ella se despertó.
-- Mmm... -- Jadea en tono de queja. -- ¿Slender? -- Me mira con un ojo entre cerrado mientras el otro recibe un masaje con su puño.
-- Disculpa, no era mi intención desvelarte.
Sin detener mi camino entro en el cuarto de baño y en seguida la oigo coger aire, impactada.
-- ¡Ay Dios mío! -- Vocea sin reparar en que hay individuos al otro lado de las paredes que disfrutan de un ya estropeado descanso.
-- Baja la voz, TN. -- Le pido en tono bajo cuando salgo del baño con el paquete en las manos. Ella está nerviosa mientras se mira el pantalón.
