Ticci Toby

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☘︎ EN TU PERIODO  ☘︎

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🅣︎🅞︎🅑︎🅨︎

🅣︎🅞︎🅑︎🅨︎

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-- Ya acabé -- Habló TN de repente. ¿Ya está? Si tan solo hacía unos cinco minutos que empezamos a cenar. Por reflejo miré su plato. Había dejado demasiada comida en él sin tocar. Levanté mi mirada hacia ella, preocupado, ¿por qué comía tan poco estos días? ¿Estaría deprimida?

-- ¿No vas a cenar nada más? -- Le susurré inclinándome hacia ella, no quería que nadie más en la mesa me escuchase a pesar de que todos seguían pendientes a su plato.

-- No. -- Respondió tajante. -- Voy al baño.

Pero cuando se levantó de la silla vi su pantalón vaquero con una mancha oscura roja en su entre pierna.

-- Voy contigo. -- Me puse de pie también con rapidez y pegué mi torso a su espalda mientras la mantenía cerca de mí con una mano en sus caderas.

-- ¿Qué haces?

Ella presionaba mis muñecas para que la soltase.

-- Estás manchada. -- Informé en su oído y rápidamente entendió mi actuar. Recuerdo todas esas veces que ella se me ponía delante dándome la espalda, me señalaba su trasero y me preguntaba "¿estoy manchada?"  Esta vez parecía haberse despistado.

•••

-- ¿Me vio alguien?

Cerré la puerta del baño detrás de mí. Ella se sentó sobre la taza del váter y me observó afligida.

-- No, tranquila. -- Me acerqué a ella. -- Voy a traerte ropa limpia.

-- Mi pijama, por favor. -- Pidió. -- ¿Hay compresas aquí?

-- ¿Compresas? -- Me agaché y abrí el cajón debajo del lavamanos para buscarlas. -- Mm... Hay esto. -- Tomé la caja y se la entregué.

-- Esto son tampones. -- Me miró. -- ¿No hay nada más?

-- No. -- Volví a revisar el cajón y lo cerré. -- Creo que se gastaron el mes pasado. -- Pasé mi mano por mi cabello mirando al suelo. Me sentía un poco culpable por no haberlo apuntado a la lista de la compra.

-- Bueno, no pasa nada. Utilizaré esto. -- Se fijó otra vez en la caja e hizo una mueca.

-- Yo iré a por el pijama, ahora vuelvo.

•••

-- ¡Tobías! -- Me llamó ella en un grito desesperado.

Bajé las escaleras con el paso ligero y corrí hacia el cuarto de baño.

-- ¿Qué pasó? ¿Puedo entrar? -- Enrollé mi mano sobre el pomo listo para abrir. En cuanto ella me dio permiso, accedí rápidamente.

Me la encontré de pie, con las piernas separadas y su torso inclinado.

-- ¿Qué haces? -- Me arrodillé y ella me enseñó ese aparato tan curioso compuesto por un algodón y un hilo largo y blanco.

-- No puedo ponérmelo, no soy capaz. Me da mucha vergüenza pedirte esto, pero ¿podrías hacerlo tú?

Asentí confundido pero con ganas de ayudar. Nunca vi ese aparato antes, pero por su forma me hacía una vaga idea de su funcionamiento.

-- ¿Cómo se pone esto? -- Lo tomé y lo analicé sobre la palma de mi mano. Si funcionaba como yo creía, debía doler.

-- Pues... -- Se quedó callada. La miré desde abajo. -- Lo metes por... mi vagina y dejas el hilo colgando fuera. -- Continuó con la voz temblorosa.

-- Vale. Me imaginé que sería algo así. -- Me acerqué a ella con mis rodillas y pasé una mano por su pierna, acariciándola y con la intención de tranquilizarla. -- Quédate quieta. -- Ella asintió nerviosa y cerró los ojos. -- Prometo que tendré cuidado.

Abrí los labios de su feminidad y coloqué la punta en su entrada.

-- Voy a empujarlo. -- Avisé.

Lo metí un poco y ella emitió un bajo jadeo, seguido por un tembleque en su pierna derecha. En seguida posó sus manos en mis hombros y se apoyó en ellos.

-- Tranquila. -- Susurré y lo empujé más, concentrándome en tener cuidado. Esta vez no dijo ni hizo nada.

En cuanto el algodón desapareció entre sus paredes me levanté con una leve sonrisa y alejé mi mano de su entrepierna. Sentía mis dedos húmedos. Los miré y tenía un poco de sangre en las yemas.

-- Ya está, ¿no? -- Quise confirmar mientras me giraba para lavarme las manos.

-- Sí. Muchas gracias, cielo; y lo siento. Sé que esto es un poco asqueroso. -- Pasó un mechón de su cabello tras su oreja.

-- ¿Qué? -- Cerré el grifo y me sequé las manos limpias en la toalla. Di un paso hacia ella y la tomé de la cintura. -- No me pidas perdón por esto, estoy acostumbrado a la sangre y, eres mi pequeña. -- Ella sonrió ante mis palabras. -- Debo cuidarte. Y más ahora. -- Le di un beso en la frente. -- Avísame siempre que me necesites ¿okey?; no voy a dejarte sola.


Proxies are the type of boyfriend...Where stories live. Discover now