Capítulo 6

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Desde la perspectiva de Motoki y de Kuroka, Natsu había caído a su perdición, sin embargo, el resultado fue diferente, estando a unos veinte metros de colisionar contra el concreto y quedar hecho papilla, primero había caído contra una lamina inclinada, colisionando contra el metal rodando por esa lámina, para después caer otros metros chocando contra el barandal de un balcón del edificio vecino y posterior a eso, cayo contra un contenedor de basura, para su buena suerte el contenedor había amortiguado su caída, para su mala suerte, estaba cerrado, lo que generó que si se diera un fuerte golpe al azotar, rodando por la tapa y azotando contra el concreto de la calle, sin duda, quedó en mejores condiciones al caer así que si hubiera azotado directamente contra el piso. Pero aún así terminó muy mal físicamente y lo más seguro que internamente estaba igual o peor. Pero no podía quedarse ahí botado esperando a que se le pasara el dolor o qué alguien lo encontrará, tenía que salir de ahí si quería evitar que alguno de los hombres de Motoki o de aquella mujer lo encontrara y terminara con el trabajo.

Exigiéndole de más a sus brazos, comenzó a levantarse de poco en poco, sintiendo los resultados de la caída, aseguraba que tenía más de una costilla rota, seguramente algún órgano perforado y demasiadas heridas externas al igual que moretones y hematomas, al tratar de posarse sobre una pierna sintió un dolor insoportable y punzante en su pierna izquierda, lo más seguro es que el hueso estaba fracturado, volviendo a arrodillarse pero ahora siendo la derecha, poniendo todo su peso y fuerza en su pierna buena, se impulsó para estar de pie, pero en seguida tuvo que recargarse sobre la pared, le costaba respirar, sentía una horrible presión sobre sus pulmones, lo más seguro es que algún puedo presionaba contra ellos, pero no podía darse el lujo de quedarse ahí a tomar aire, tenía que seguir, aún teniendo parte del cuerpo destrozado y a duras penas caminar, tenía que hacerlo, así comenzó su caminata arrastrando su pierna, tomando con su mano el costado derecho del cuerpo que es donde sentía más dolor.

No tenía ni la más menor idea de cuánto tiempo llevaba caminando ni que tanto había recorrido, pero de algo estaba seguro, que estaba lejos de aquel edificio, su mirada comenzaba a verse borrosa, se sentía mareado, no sabía dónde estaba, apenas distinguía unas luces de neón de diferentes colores, sus oídos apenas captan algo de ruido que había a su alrededor, siguió caminando unos cuantos metros más hasta que su mismo cuerpo ya no pudo más, terminó cayendo inconsciente, para su suerte, había caído sobre un montón de cosas acumuladas, tales sacos rellenos, ya sea de alguna verdura o una leguminosa, cajas llenas de vegetales, entre demás cosas...

-Si, si, ya acomodaré las cosas Takahashi-san- se escuchó la voz de una femenina dentro de lo que parecía ser un local, quien al salir por la puerta trasera, y al ser iluminada, no solo por la poca luz que le otorgaba el foco que se posicionaba encima de la puerta, sino también por la gran cantidad de luces de neón de diferentes colores que se extendían por todo el mercado pesquero. Gracias a la iluminación de dichas luces, podemos observar de mejor forma la apariencia de la individuo femenina.

Era una mujer de estatura alta al promedio de las mujeres en Japón, de cabello largo, lacio y de un color verde, con flequillos largos que enmarcan su rostro, con la parte inferior de su cabello ahora está atado con una trenza gruesa, de ojos color violeta, de tonalidad clara, físico delgado y  curvilíneo, y de busto grande. Llevaba como vestimenta una blusa de tirantes de color blanca, de ropa inferior, unos jeans de mezclilla ligeramente pegado a ella, de calzado unos botines de color negros, en sus manos portaba unos guantes de carnaza como los que utilizan los electricistas.

Llevaba cargando unas cajas de madera que portaban unas botellas de whisky vacías, las acomodó encima de otras cajas que contenían de igual manera, botellas de whisky y otros licores, igual de vacías. Soltó un suspiro agotador, sobando su hombro derecho con su mano izquierda sintiéndolo un tanto tenso, y sabía cual era el motivo, estar trabajando desde las diez de la noche hasta las seis de la madrugada como encargada de limpieza, era agotador y estresante, pero debido a su situación, no podía exigir más, era el único trabajo que encontró aceptable para su turno nocturno de la escuela, moviendo ligeramente sus hombros hacía atrás relajándolos, aunque sea un poco, iba a continuar con su labor de acomodar toda la basura y esperar al camión, a la ves que también esperaría al camión que les exportan los licores.

Natsu Dragneel-Kun 2Where stories live. Discover now