Capítulo 7

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El silencio reinaba en la sala de estar del apartamento de la peliverde, muchas cosas estaban destruidas, ambas féminas no desviaban la vista del pelirosado que se mantenía a duras penas de pie, respirando de forma agotada, observando con seriedad al hombre inconsciente botado en el suelo.

-¿Quién eres?- preguntó con temor y desconfianza Bisca.

Ante la pregunta, el pelirosado volteó en dirección a las féminas, aún respirando agitadamente, y al tratar de moverse, perdió por unos segundo el equilibrio y la consciencia, ocasionando que se sostuviera en la pared, sintiendo como sus heridas saturadas volvían a abrirse, y también un dolor punzante en las zonas donde tenía los huesos fracturados.

-Les prometo que les contaré todo, pero primero tenemos que irnos, y llevarnos a este maldito con nosotros, el tipo que los envió comenzará a sospechar sino vuelven a dar el reporte- comentó con visible agotamiento y dolor Natsu, manteniéndose sostenido en la pared, sintiendo sus piernas temblar como gelatinas debido al sobre esfuerzo que les dio.

-Tenemos me suena a manada rosadito- habló con notable molestia Kana, acercándose amenazadora hacía el pelirosado -Además, luego de que mi amiga haya salvado tu estúpida vida al haberte encontrado moribundo fuera de su trabajo, te despiertas así como si nada, a destrozarle su departamento y pelear contra dos sujetos, matando a uno en el proceso-.

La morena, acortó el espacio que había entre ella y el pelirosado, que se veía a simple vista que hacía un gran esfuerzo en su cuerpo por tratar de mantenerse consiente, pese a la exorbitante cantidad de sangre que perdía de poco en poco. Kana, colocó su dedo sobre el pecho vendado del pelirosado, teniendo una expresión de pocos amigos.

-Nos explicas ahora quien mierda eres y el porque esos sujetos querían asesinarnos, o yo misma te tiro por la ventana, y debido al aspecto deplorable en el que te encuentras, no me será ningún reto- amenazó Kana sin una pizca de nerviosismo o duda en su voz ni reflejada en sus ojos, como si ya hubiera amenazado a varias personas antes.

Por otro lado, Natsu se encontraba contra la pared, literalmente, sabía que debido al alboroto que habían ocasionado, no tardarían en llamar a la policía, es más, debido a la zona en la que se encontraban, seguramente ya debieron de llamar a la policía en el instante en que Natsu inició su pelea con los dos sujetos, que lo más seguro, eran de Motoki, así que sabía que los de azul ya estaban en camino. Por lo que, quedándose sin muchas opciones, soltó un suspiro agotado.

-Bien, ustedes ganan, les diré todo lo que se y que deben de saber- aceptó Natsu, dejándose de sostener de la pared, para encaminarse hacía el sofá para tres, el cual, ahora se encontraba bloqueando la cocina junto al otro sofá de dos -Pero, primero...déjenme descansar un momento- se dejó caer en el mueble de reposo, soltando un suspiro de completa relajación al sentir sus músculos aligerarse, las heridas aún le dolían y ni se digan de los huesos, pero ahora sentando, el dolor era menos.

Las chicas, se vieron entre si, para sentarse a los lados del pelirosado, apreciando como su respiración se regulaba, luego de algunos segundos descansando con los ojos cerrados, abrió sus orbes esmeraldas, soltando otro suspiro.

-Bien...¿por donde empiezo?...-.

Y así, Natsu comenzó a explicar el porque esos sujetos fueron armados al departamento de la peliverde y del porque la misma encontró al Dragneel menor casi muerto. Narró hasta el más mínimo detalle, desde el asesinato de sus padres, hasta el reencuentro con el mafioso a sus inicios de semestre en la preparatoria. También el como su maestra de Artes estaba involucrada con el mafioso junto a dos de sus compañeras, por ciertas razones, omitió que tenía una relación extraña con las tres antes mencionadas y otras cuatro chicas, tuvieron que pausar momentáneamente la narración del chico, debido a que los oficiales llegaron a la "escena del crimen" tal parece que la señora Ogawa había llamado a las autoridades toda angustiada, preocupada y asustada al escuchar el alboroto dentro del departamento de su vecina, para suerte del pelirosado, los oficiales no lo habían reconocido, y eso que lo más seguro es que ya lo hayan reportado como desaparecido, pero debido a que tenía la capucha de una sudadera que casualmente tenía Bisca guardada y que le había prestado al pelirosado para que no pasará frío, no lo reconocieron del todo. Ya una vez que hicieron el reporte del caso y tomaron el testimonio de Bisca, Kana y hasta de Natsu, todos habían acordado que los sujetos entraron con intenciones hostiles de robarles y tuvieron que recurrir a la violencia como defensa propia, cosa que no estaba tan lejos de la realidad, los oficiales se retiraron del lugar, para que finalmente, Natsu terminará de narrar todo el motivo por el cual un tipo estaba muerto y el otro estaba inconsciente, atado y encerrado en el closet de la peliverde, ¿Cómo llego ahí? Fácil, cuando escucharon las patrullas fuera del edificio, entre los tres, ataron al sujeto con cinta americana, lo golpearon de nuevo en la cabeza para que estuvieran seguros de que siguiera inconsciente por otra hora, para después, moverlo y encerrarlo en el closet de la peliverde. Y así, finalizó el Dragneel, su historia, dejando boquiabiertas a ambas féminas, no tenían ni idea ni la imaginación de todo lo que tuvo que pasar el pelirosa para explicar el motivo de la riña en el departamento de la peliverde.

Natsu Dragneel-Kun 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora