El cuarto de baño

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- No hay problema. Nos vemos en un ratito. - Dijo Harry siguiendo a Luna mientras ambos salían de la Sala de los Menesteres. En cuanto perdió a Harry de vista el corazón de Hermione empezó a latir más deprisa. Se sentía insegura no pudiendo ir con él y se abrazó a sí misma, pero entonces unos brazos la rodearon por atrás. En un principio creyó que sería Ron, pero rápido identificó quien era realmente cuando notó una risita en su oido. Y ella también se giró con una sonrisa.


- ¡Ginny!

- ¡No sabes cuánto os he echado de menos, Hermione! - A continuación, se alejó un poco de ella para abrazar a Ron.

- ¡Estáis muy delgados! ¡Ya veréis cuando os vea mamá! ¿En serio que robastéis en Gringotts huyendo sobre un dragón?

- Bueno, no fue exactamente un robo... - Empezó a puntualizar Hermione, pero Fred y George la interrumpieron.

- ¡Claro que no, cuñadita! ¿Cómo iba a plantearse robar la prefecta perfecta? ¡Inconcebible! - Dijo Fred.

- ¿Tu crees, George? Yo creo que todo depende de la magnitud de la tentación. De cuánto ella desease el premio - Dijo George.

Hermione rodó los ojos y Fred y George intercambiaron una mirada divertida. 

- En realidad sí que creo que eres una ladrona, Hermione.

- ¿Tú crees, Fred? - Dijo Hermione cruzándose de brazos - ¿Y exactamente qué es lo que creeis que he robado?

- La virginidad de Ron, por supuesto.  - Lee Jordan soltó una carcajada y Ron una palabrota. Pero antes de poder abalanzarse 

sobre su hermano, Fred le lanzó algo pequeño que Ron atrapó rápidamente. - Coge esto, Ronnikins.

Ron puso la atención en el objeto, intentando desviar la conversació hacia otro lugar. 

- ¿Qué es esto? ¿Una moneda? ¡Pues que sepas que me la pienso quedar!

- Oh, no, Ronnikins. Cómo suele pasar no todo es lo que parece. Y eso que tienes entre la mano no es un simple knut. - Dijo George.

- En realidad, es una reliquia familiar muy valiosa. Y mágica. - Añadió Fred.

- No será para tanto. - Dijo Ron, sosteniendo el knut con dos dedos con un poco de temor.

- Pero en realidad lo es. - Continuó George. - Como ya sabes, prefecta perfecta, pues aparece escrito en esas cosas con las que te gusta perder el tiempo...

- Se llaman libros. - Interrumpió Hermione.

- Exacto. - Continuó Fred. - Como explica en esos "libros", nuestra familia viene de una larga estirpe mágica. Y algunos de nuestros antepasados practicaban hechizos que ahora consideraríamos inaceptables. Cuando las familias sangre pura empezaron a escasear, las niñas eran apalabradas para matrimonios concertados incluso poco después de nacer. Se pagaban cuantiosas dotes por ellas. Y había quien exigía una prueba de la pureza de la novia antes de la boda.

- A lo que muchas novias se mostraban en contra, por supuesto. Así que alguna mente maquiavélica tuvo una idea, crear un detector de virginidad y hacerlo pasar por un simple knut. - Dijo Fred y miró maliciosamente a Ron - De manera que, si la novia había sido mala, esta falsa moneda se tornará de color rojo tras sostenerla en la mano durante treinta segundos. Y evidentemente la moneda no distingue entre chicos y chicas.

Ron se apresuró a esconder la moneda en su bolsillo y las carcajadas de Fred y George resonaron por toda la sala.

- ¡Cabrones! - Les gritó Ron. - ¡Lleváis meses sin verme y sólo os importa eso! ¡He saqueado Gringotts,  he montado sobre un dragón y lo único que os importa es sí me he acostado con Hermione!

Lo que Harry no supo ver: el secreto de Ron y HermioneWhere stories live. Discover now