O ahora o nunca

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Ron sonrió de medio lado al sentir como Hermione se aferraba a él con más fuerza cuando la escoba que les llevaba a la superficie desde la cámara de los secretos trastabilló levemente.

- ¡Ronald, por favor, ten más cuidado! Sabes que no me gusta volar en escoba, lo sabes desde siempre. Y es especialmente difícil mantener el equilibrio mientras sujeto este montón de colmillos de basilisco.

- Es una escoba vieja, Hermione, poco puedo hacer. Es difícil mantenerla recta, ni siquiera "Bill perfección" lo conseguiría.

- ¿Otra vez estás con eso, Ron? ¿Comparándote con Bill?

- No, en realidad, no. Les he ganado por goleada, Hermione. A todos. ¡Me he llevado el premio gordo!

- ¿De qué hablas?

- ¡De ti! - Ella rodó los ojos, aún sabiendo que él no podría verla. - Ya verás lo que voy a presumir ahora que hemos decidido "hacerlo público".

- ¿Para eso quieres estar conmigo? ¿Para presumir de mi? 

- Entre otras cosas. Presumir es divertido en público, pero me atrae más lo privado. - Ron sonrió al escuchar a Hermione bufar con desagrado detrás de él.

- Ron, ahora en serio. Ya sé que hemos dicho que "lo haríamos público", pero quizás debamos ser discretos por un tiempo. 

- ¡No me fastidies, Hermione! ¡No empieces otra vez con eso! Antes me has dicho que te parecía bien dejar de escondernos.

- Sí, vale, pero cuando encontremos el momento. ¿Qué esperas qué haga? ¿Qué arroje los colmillos al suelo y me eche desesperada a tus labios delante de Harry? ¿Y así nos ahorramos explicaciones?

- Pues no estaría nada mal, la verdad. - Respondió Ron con una risita. 

- Sigue soñando, Weasley. - Contestó ella también sonriendo.

Y en ese momento sonó una voz, aguda y fría, que hizo que Ron perdiera por un segundo el control de la escoba.

- Entregadme a Harry Potter. - Dijo la voz de Voldemort - y nadie sufrirá ningún daño. Entregadme a Harry Potter y dejaré el colegio intacto. Entregadme a Harry Potter y seréis recompensados. Tenéis tiempo hasta media noche.

- Agárrate más fuerte, Hermione. - Dijo Ron con voz seria tras escuchar este mensaje - Voy a volar más rápido.

Y ella cerró los ojos y apoyó su frente en la espalda de él, sabiendo que aquel momento era la calma que precedía a la tempestad.

Cuando llegaron a la superficie, las explosiones se oían cada vez más fuerte. Se repartieron para llevar consigo los colmillos, y sin dejar atrás la vieja escoba, corrieron entre el caos en busca de Harry. De lejos, oyeron una voz.

- ¿Qué tal os fue por el cuarto del baño? ¿Ya dejaste a buena altura el apellido Weasley?

- Cállate, Fred, imbécil. ¿Habéis visto a Harry?

- Sí, pasó por aquí hace unos minutos. Se fue por allá - Dijo Fred señalando hacía un pasadizo a la derecha - Pero... no nos desviemos del tema. ¿Qué tal os fue por el cuarto de baño?  ¿Habéis sido precavidos o se ampliará la familia en breve?

- ¡Cállate, Fred! - Susurró Hermione - Se oyen murmullos en el pasadizo escondido detrás de ese pedestal.

- Por fin empieza la fiesta - Añadió George fregándose las manos  y siguió hablando bajito - Hemos combinado bombas de polvos de oscuridad peruana con explosiones de tela de araña reforzada. - Ambos gemelos se echaron unas risas cuando un gran estruendo, seguido de unos gritos y un denso silencio se hizo en el pasadizo secreto. - Esos mortífagos se quedarán allí bien quietitos hasta que los aurores vengan a por ellos, ahora mismo avisamos a Kingsley. 

Lo que Harry no supo ver: el secreto de Ron y HermioneOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz