Lo que Harry no supo ver: el secreto de Ron y Hermione

Por Fred

Ginny volvió a la realidad cuando escuchó a Voldemort regodearse de la cobardía de Harry y, a pesar del hechizo silenciador que lanzó para callar a todos, la voz de Ron destacó entre el silencio cuando gritó "¡Él te venció!".

Aprovechando la distracción, Ginny se echó hacia delante, dispuesta a abalanzarse sobre la serpiente, pero su padre la agarró y le impidió moverse. Por mucho que ella se revolvió, la fuerza de Arthur era implacable y no la dejó avanzar, de hecho, consiguió que diese unos pasos para atrás hasta desplazarla a la segunda fila. Ginny se revolvió furiosa, atrayendo por un segundo la curiosa mirada de Voldemort, pero en ese momento, Neville avanzó y Voldemort le congeló. Le ofreció la indulgencia, la cual él rechazó categóricamente al grito de "Ejército de Dumbledore" que las personas congregadas repitieron con entusiasmo. El Señor Oscuro anunció que no habría más casas en Hogwarts y que a partir de ahora todos los alumnos venerarían a su antepasado Salazar Slytherin. Y entonces el Sombrero Seleccionador apareció volando desde una ventana del castillo, se posó sobre la cabeza de Neville y estalló en llamas. Neville se sacó el sombrero y agarró un objeto que había en su interior. Una espada cubierta de rubíes: la espada de Gryffindor. Y con ella, lanzando un solo golpe, hizo que la cabeza de Nagini saliera despedida por los aires. Y entonces, el caos se desató de nuevo. 

Los hechizos entrecruzados empezaron a volar por encima de sus cabezas, alcanzando a algunas personas que, de repente, se desplomaban en el suelo. Ron alcanzó a Hermione para cogerla de la mano y alejarla de la zona más caliente de la batalla, pero ambos se quedaron petrificados cuando oyeron la voz de Hagrid:

- ¡Harry! ¿Dónde está Harry?

El cuerpo de Harry no estaba. 

- Mierda, Hermione, lo ha vuelto a hacer. - Dijo Ron con una sonrisa, abrazándola. Era la primera vez que sonreía desde que Fred había caído.

- En realidad no lo sabemos, Ron. - Dijo Hermione, queriendo ser realista. No quería, no podía permitirse hacerse ilusiones. Su corazón no aguantaría romperse de nuevo. - No sabemos si Harry está bien. Le hemos visto en el suelo, inmóvil - La palabra "muerto" le vino a la mente, pero no se atrevió a pronunciarla. -  Quizá simplemente alguien se llevó su cuerpo para...

Pero Hermione no pudo acabar la frase porque un temblor la recorrió de arriba abajo. Ron siguió su mirada, para entender que es lo que estaba pasando.

- ¿Y bien? ¿Me has echado de menos, Sangre Sucia? - Dijo Fenrir Greyback. Sus palabras se mezclaban con la sangre que salía de su boca. Se le veía muy malherido, pero contra todo pronóstico, seguía vivo. - Ya te dije la última vez que nos vimos que pensaba disfrutarla, Pelirrojo. - Dijo mientras se acariciaba grotesca y lascivamente la entrepierna - Creo que ha llegado el momento de cumplir con mi palabra.

Y en aquel momento, Fenrir se lamió los labios ensangrentados y se abalanzó sobre ellos. Ron dio un empujón a Hermione para apartarla del camino y se escondió tras una columna para lanzar un maleficio al hombre lobo. Hermione pudo ver cómo el señor Weasley se acercaba rápidamente para ayudar a su hijo menor en el duelo.

Más allá de Arthur, Hermione vislumbró una cabellera larga, despeinada y canosa. Bellatrix estaba luchando contra Luna y Ginny, y Hermione acudió rápidamente a ayudarlas. Pero la refriega no duró demasiado, porque en cuanto Molly Weasley lo vio, les pidió a las chicas que se apartaran y que la dejaran a ella luchar contra esa mala bruja. 

- ¡A mi hija no, perra! - Gritó Molly arrancando una risotada en Bellatrix, muy similar a la que lanzó tras matar a Sirius. 

- Esto va a ser muy triste, ¿no te parece? ¿Qué van a hacer tus hijos cuándo mami se una a Freddie? 

Pero no pudo seguir hablando porque en aquel momento una maldición de luz verdosa impactó justo debajo de su brazo. 

Voldemort lanzó un chillido horrible al ver caer a su más fiel seguidora, y lanzó por el aire a Kingsley y Arthur, con quienes se batía en duelo en aquel momento. Y apuntó a su varita directamente hacia Molly, cuando una voz gritó "Protego" y Harry Potter reapareció de la nada, creando una gran ola de vítores. 

Hermione sintió cómo su corazón saltaba de su pecho y la sensación de euforia se extendía por todo su cuerpo. Ron la alcanzó y la abrazó por detrás. "¡Lo ha vuelto a hacer, Hermione! ¡Lo ha vuelto a hacer! ¡Vamos a ayudarle!"

Pero en el momento que Harry les vio, les gritó que se quedaran donde estaban. Que ese duelo era algo que tenía que hacer solo. A pesar que fue sumamente difícil, Ron y Hermione se quedaron quietos cogidos de la mano, pero con las varitas a punto de ser usadas en el momento que fueran precisas. Ginny y George llegaron corriendo y se paralizaron también observando la escena que se desataba frente a ellos.

Harry y Voldemort empezaron a discutir y Harry le dijo que aún estaba a tiempo de redimirse, y le explicó como la muerte de Snape no había servido de nada. La varita de Saúco pertenecía a Malfoy y, desde el momento que Harry le venció, su fidelidad era de él. Como respuesta, Voldemort atacó, pero el hechizo se volvió en su contra, recibiendo un Avada Kadavra que, por fin, lo dejó sin vida.

Harry no sabría describir lo que sintió en aquel momento. Dolor, rabia, paz. Sentimientos encontrados. Un gran peso que ya no le atormentaría más. Hermione y Ron cayeron sobre él, abrazándole. Luego llegó Ginny, Neville y los Weasley. Todo eran abrazos, pero Harry lo vivía como si fuera un espectador, como si no pudiera ser real. Decenas de personas se acercaron a tocarle, a hablarle... pero él sólo quería alejarse de allí, encontrar un momento de paz. 

Hermione vio como Ginny se abrazaba a sus padres y juntos lloraban amargamente. Luego miró el rostro de Ron, que mostraba paz, y decidió alejarlo un poco de allí. Ya tendría tiempo para el dolor, pero se merecía una pausa. Lo cogió de la mano y lo llevó hacia un banco donde se sentaron uno junto al otro. A los pocos segundos, apareció Charlie con unas cervezas de mantequilla. Bill y Percy le seguían. 

- ¿Os acordáis de Penélope? - Preguntó Percy de repente, tras sentarse - Yo nunca hubiera estado con ella si no hubiera sido por Fred. Estaba totalmente colado, pero no me atrevía a hacer nada. Fred nos escribió una nota a ambos cuando éramos prefectos, haciéndose pasar por McGonagall y nos citó de noche en una aula vacía. Luego nos encerró allí e imperturbó la puerta... fueron algunas de las horas más maravillosas que he pasado en mi vida. 

- Si no hubiera sido por Fred probablemente nunca hubiera marchado a Rumanía. - Dijo Charlie. - Me sentía muy culpable por alejarme de la familia, pero él me dijo que tenía derecho a volar.

- Fred también me animó a mi a formalizar las cosas con Fleur... - Dijo Bill. - Aunque en realidad creo que tenía más interés en acercar a las primas de Fleur a la familia que en su nueva cuñada.

- ¿Os acordáis de cuándo dejaron aquellas natillas hechizadas en la sala común y Neville acabó convertido en un canario? - Añadió Ron.

- ¿Y cuándo volaron aquel inodoro del Expreso de Hogwarts? - Añadió Charlie. - Aquello fue épico. Tendríais que haber visto la cara de Snape mientras el agua sucia le entraba dentro de los zapatos. 

- Nada comparado a cuando se molestaron con Bill porque les dijo que el escarabajo que compraron en Egipto era pura basura... - Comentó Percy -  ¡Y le pusieron escarabajos peludos en su sopa!

Hermione vio con alegría como algunas sonrisas tímidas empezaban a aparecer en los rostros de los chicos.

- ¿Sabíais que le dieron un dulce crece-lenguas al primo de Harry? - Añadió Ron - ¡Ese niñato no pudo cerrar la boca por semanas! ¿Y qué me decís del pantano portátil que crearon para fastidiar a Umbridge? Hasta Dumbledore estaba verdaderamente impresionado. No me creo que no fuera capaz de retirarlo, ¡Seguro que lo dejó allí expresamente en honor a los gemelos!

Entonces Bill levantó su copa y dijo "Por Fred y por todo lo bueno que nos ha dejado" y todos  ellos se levantaron para brindar en memoria de su hermano caído.